Lejos de las inclemencias del calor de la calle por cuenta de las altas temperaturas que se viven en los últimos días, los 82 indígenas de la comunidad emberá que se tomaron el cerro Pan de Azúcar, en el oriente de Medellín, están pasando sus días en varios de los hoteles del centro de Medellín, luego de llegar a un acuerdo con las autoridades del Distrito para desocupar la parte alta de este cerro tutelar, en el cual se ubicaron cerca de ocho horas.
Una división entre los integrantes de esta comunidad indígena llevó a que desde las primeras horas de la mañana del pasado martes 23 de enero, con la idea de conformar una comunidad nueva, comenzaran a llegar en buses de servicio público estas personas, divididas en varios grupos, situación que, en un comienzo no preocupó a los habitantes de los barrios altos de la comuna 8 (Villa Hermosa).
“Ellos deciden integrarse como una comunidad nueva y diferente a los otros cabildos”, manifestó la líder del Grupo de Asuntos Étnicos, Migrantes y Refugiados de la Personería de Medellín, Sonia Peña, al hacer mención de los inconvenientes registrados dentro de las comunidades indígenas de Niquitao. Aseguró que no forman parte del grupo que retornaron el año pasado al Chocó, luego de la toma del primer piso del edificio de la Alcaldía de Medellín ocurrida el 22 de febrero del año pasado.
Cuando se acercaba el mediodía ya la zona había sido colmada por los 40 adultos y 42 menores de edad, quienes comenzaron a clavar palos para construir sus cambuches e iniciaron sus primeras fogatas para calentar los alimentos que llevaron para pasar los primeros días, mientras se acomodaban en el espacio que habían escogido por cuenta del desplazamiento interno que sufrieron.
Vecinos del sector relataron que “desde las 6:00 a.m. comenzaron a llegar los indígenas, en varios grupos, y se ubicaron cerquita del antiguo CAI. Allí comenzaron a acomodarse y ya a las 11:00 a.m. llegó primero la Policía y después personal de la Alcaldía de Medellín y la Personería”.
Con la presencia de funcionarios de las secretarías de Inclusión Social y Seguridad, así como de la Policía Metropolitana y la Personería Distrital se iniciaron las concertaciones para tomar las primeras decisiones que convencieran a estos indígenas a abandonar la zona. El acuerdo al que se llegó fue que se les dieran siete días de hospedaje en los hoteles y no en albergues temporales, como se acostumbra a hacerse.
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En uno de estos hoteles, EL COLOMBIANO habló con uno de estos indígenas, quien manifestó que “lo que hicimos fue pedir algunas garantías y que nos dieran hospedaje para nuestras familias, además de crear una mesa para hablar de las necesidades y que nos hicieran compromisos que esta vez si se nos fueran a cumplir”.
Los compromisos a los que hace mención el indígena que fueron incumplidos en el pasado pasaron por darles recursos y sostenimiento si regresaban a sus lugares de origen, que para su caso particular es un resguardo ubicado en el municipio El Carmen de Atrato, en el Chocó. De hecho, esta persona comentó, “yo volví una vez luego de un compromiso con la Alcaldía de Medellín. Nos dieron el transporte y nos mandaron con una bolsa chiquita de mercado. Después de que nos dejaron allá, no se acordaron más de nosotros y yo decidí volver con mi familia”, relató.
Además de este hospedaje, a 18 menores de edad que estaban dentro de este grupo de indígenas se les inició el proceso para que ingresaran al programa Buen Comienzo y al colegio Héctor Abad Gómez y así comenzar su proceso educativo, con todas las garantías y beneficios para que no tengan problemas para su formación académica.
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Pero la garantía del albergue y que se les diera educación a sus niños fueron los únicos acuerdos firmes que se pactaron para que los indígenas abandonaran, sin ninguna acción violenta, el territorio natural que pretendían ocupar. Las demás propuestas que tienen estas personas serán habladas en la mesa de concertación instalada y que comenzó en la tarde de este miércoles 24 de octubre entre los líderes y representante de las diferentes entidades de la Alcaldía de Medellín y la Personería Distrital.
Sandra Sánchez, secretaria de Inclusión Social de Medellín, expresó que “tenemos una situación con 29 familias en busca de oportunidades, de afianzar sus tradiciones y cultura. Estamos creando una mesa de trabajo, en la que continuaremos avanzando y atendiendo dignamente, según sus proyectos de vida”.
Algunos vecinos relataron que la diligente solución adelantada por las autoridades evitó que la situación de orden público se complicara en el sector entre los indígenas y algunos residentes, al parecer alentados por estructuras delincuenciales, quienes a través de las redes sociales estaban citando a desalojar por la fuerza a los indígenas si no eran retirados por parte de las autoridades.
En relación con algunos señalamientos que responsabilizaron a los indígenas del incendio que se presentó el mismo martes en este cerro tutelar de la ciudad, las autoridades manifestaron que estos hechos no estarían relacionados, puesto que ellos se encontraban ubicados a varios kilómetros del foco de las llamas. Lo que sí señalaron es que el incendio estaría relacionado con el loteo que adelantan los combos en la parte alta del Pan de Azúcar.
Con los indígenas alojados en los hoteles que les brindó la Alcaldía de Medellín, esta población está a la espera de que por fin les cumplan los compromisos pactados y no que un nuevo incumplimiento los lleve otra vez a tomarse a la fuerza otro sector de la ciudad para asentarse junto con sus familias.
