En esta entrevista, Tomás Elejalde, gerente del Metro, revela los detalles que ocasionaron la caída de la telecabina de la Línea K el pasado 26 de junio, y que dejó como saldo a una veintena de personas heridas y a un fallecido, Jhon Jairo Londoño, de 55 años. Elejalde dice que la familia de Londoño y de otros afectados recibirán una indemnización justa, y asegura que desde la empresa hicieron una inspección exhaustiva en todo el sistema para que la falla no se repita. También se refirió a la difícil situación financiera que atraviesa la empresa por cuenta de una caída de pasajeros y habló del sueño de llevar el sistema hasta el oriente cercano del departamento.
¿Qué se ha sabido de la investigación de la caída de la cabina del Metrocable que le costó la vida a Jhon Jairo Londoño?
“Hemos estado cercanos a esa familia junto con la Alcaldía acompañándolos en todo este proceso. Con el apoyo del Consultorio Jurídico de la Universidad Pontificia Bolivariana fue posible que la familia de Jhon Jairo Londoño hiciera la reclamación, y estamos avanzando en ese proceso para darle acompañamiento a esta familia y a los otros afectados, de los cuales afortunadamente ya todos están fuera de peligro, todos están fuera del hospital desde hace ya más de un mes, y estas personas siguen siendo acompañadas por nosotros mientras tengan una incapacidad y hacen también sus reclamaciones independientes en el marco de lo que les corresponde”.
¿Van a tener una indemnización?
“Claro que sí. Es que nosotros tenemos este tipo de accidentes incluidos dentro de nuestras pólizas de aseguramiento, estos riesgos están cubiertos”.
¿De cuánto puede ser?
“Preferiría no dar el detalle porque es un tema reservado de las familias, pero son indemnizaciones justas, que tienen una consideración especial sobre la vulnerabilidad social de estas familias y de las personas afectadas que vienen de estratos uno y dos. Allí tenemos mucho cuidado y lo importante es que a través de ese acompañamiento que se logra con el Consultorio Jurídico de la UPB, les puede ser más económico llegar a acordar con las aseguradoras esos valores para no tener que contratar bufetes de abogados”.
Claro, ¿y según la investigación qué fue lo que ocurrió?
“Nosotros ya tenemos —con un acompañamiento importante de las universidades, la de Antioquia, Eafit, de la Aerocivil también— algunas claridades sobre la mecánica del accidente, sobre la forma como sucedió. Hay una una falla de una pinza. La pinza es un elemento que tiene unas mordazas, es como una especie de alicate si se quiere, como una pinza de pelo. Con esta se agarra la cabina al cable. Es el elemento mecánico con el cual se fija la cabina en la parte superior al cable y el cable es el que se mueve”.
No es que la pinza se deslice sino que está fijada al cable...
“Correcto. Precisamente por un fallo, la pinza se deslizó. Eso fue lo que pasó. Un fallo de la pinza la hace deslizarse sobre el cable y chocar contra la cabina precedente y, al chocar, la cabina que golpea, la que está detrás, cae”.
¿Qué tranquilidad pueden tener los usuarios del Metrocable de las otras cabinas?
“Nosotros tenemos un poco más de 500 pinzas en los seis Metrocables que operan en el Valle de Aburrá, incluido Arví, y la seguridad la da el que hayamos hecho una inspección más rigurosa que lo que exigen los manuales de mantenimiento. Hicimos una inspección a todas las pinzas, con excepción de las del cable Picacho que están en proceso porque son nuevas, de radiografía, de ensayos no destructivos para verificar que estuvieran en perfectas condiciones. Y por eso es que estamos, luego de haber certificado toda esa revisión de todas y cada una de las pinzas que se ha venido desarmando y probando, operando hoy todos nuestros cables con total seguridad”.
¿Y qué fue lo que le pasó a esa pinza? ¿El fabricante qué dice?
“Al fabricante no es sano involucrarlo en la investigación en este momento. La Aerocivil nos orienta sobre el tema y las investigaciones deben ser independientes tanto de nosotros como operadores y mantenedores, como del fabricante. Tiene que haber independencia. Aquí hay una situación que tiene que ver con que es la primera vez que sucede en el país ese tipo de accidente. A nosotros en 29 años de operación es la primera vez que tenemos un accidente con pasajeros, mortal además, entonces en ese marco de no tener información, hay pasos en investigación que no han terminado de fluir. ¿Concretamente qué pasa? Las pinzas, las piezas falladas, están en este momento en poder de la Fiscalía porque hubo allí una persona fallecida. Y mientras eso sea así tenemos que respetar esa instancia y no se pueden hacer todavía los ensayos de laboratorio que puedan determinar qué llevó a que la pinza se rompiera”.
¿Usted entonces les manda un mensaje de tranquilidad a los usuarios? Usted les dice: Súbanse a ese Metrocable...
“Total y absoluta. Pero es que estamos todos montados allí en el Metrocable desde hace ya un poco más de dos meses que pusimos nosotros a funcionar de nuevo la Línea K”.
¿Y la gente ha respondido, no se ha disminuido el flujo?
“Aprovecho para agradecer. Agradecer de verdad, de corazón, a todos nuestros viajeros, especialmente de la Línea K, las personas que viven en Popular, en Santo Domingo porque han sido muy bonitas las expresiones de confianza frente a la empresa, frente a los muchachos y muchachas que realizan el mantenimiento, a quienes ellos conocen porque todas las noches están en su barrio subidos en las pilonas, entrando y saliendo de las estaciones por la noche. El reporte más bonito y agradecido que podemos dar es que estamos transportando exactamente el mismo número de personas que antes del accidente, y eso lo que muestra es la confianza de la gente en lo que estamos haciendo”.
Recientemente publicamos en EL COLOMBIANO que la gente se está bajando de los buses de servicio público, y en el Metro también había ocurrido que después de la pandemia la gente se demoró en volver a utilizar el Metro. ¿Cómo va eso?
De hecho no tenemos el mismo número de pasajeros que antes de la pandemia. Hay una reducción estructural en todos los sistemas de transporte masivos, y esto es a nivel mundial. Ha habido una migración del pasajero hacia otros modos de transporte, pasajeros que no volvieron al sistema de transporte masivo después de la pandemia porque compraron una moto, porque descubrieron que andando en bicicleta podían solucionar su movilidad, porque les gusta caminar, porque hay aplicaciones nuevas que permiten que los viajeros utilicen otros modos de transporte, algunos de ellos informales, que es lo que más preocupación genera a nivel de las autoridades. Los medios de transporte informales no tienen seguros, no tienen SOAT y se han presentado accidentes en motos de personas que utilizan plataformas en donde nadie responde por un accidente o por una persona fallecida. Eso es grave que se ha dado en Medellín en muchas ocasiones, lamentablemente.
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¿Y la afectación al Metro es de cuánto? ¿después de pandemia cuánto cayó, cuánto han recuperado, cuánto falta por recuperar?
“Después de la pandemia, registramos una reducción de pasajeros cercana al 7%, y ha habido una reducción adicional a ese 7% de entre 1 y 2%, que es difícil identificar una única razón. Una es la que hablamos. Hay algo relevante y es que el Metro transporta a los estratos uno, dos y tres en el Valle Aburrá, que son estratos de la población trabajadora, que está en las fábricas, que están en las construcciones, que está movilizándose para ir a su puesto de trabajo, no las personas que pueden llegar a tener virtualidad, por ejemplo, pero que sí están impactadas por una disminución en el empleo de la construcción, de la manufactura. Es el otro tema que estamos investigando: la falta de impulso en la economía de la construcción y la economía de manufactura puede hacer que se vean menos pasajeros en el sistema de transporte masivo”.
En algún momento algún alcalde del Oriente nos decía que estaba interesado en que el Metro de alguna manera se conectara con el Oriente. ¿Hay posibilidad real?
“Eso tiene que darse definitivamente, no hay duda de que esa conexión de transporte masivo del Valle de Aburrá con el Valle de San Nicolás se tiene que dar. No es suficiente la excelente noticia que ya nos han dado de que vamos a ampliar los túneles hacia el Oriente, porque eso es un beneficio importante para el transporte individual, pero no para el transporte masivo. Cualquier aeropuerto internacional importante del mundo no solo tiene excelentes vialidades conectándolo con el transporte individual, sino que todos, sin excepción, tienen conexión al transporte masivo. Eso se ha hablado en la Junta Directiva, lo han mencionado los alcaldes del Oriente, es prioridad en la mente del señor Gobernador, apoyado por el señor Alcalde”.
¿Es un sueño o hay estudios?
“Hay estudios de demanda, de diferentes tecnologías, hay consultas a proveedores, hay la evolución natural cuando se plantea un nuevo corredor de transporte, o sea el Metro de la 80 o el Picacho, para que hablemos de realidades, el Tranvía de Ayacucho también tuvieron ese proceso, y se llamaron sueños”.
Parecían más fáciles que conectar que ir hasta Oriente...
“Nada en el Metro ha sido fácil”.
