Andrea*, empleada de un establecimiento comercial dentro de la Plaza Botero, aseguró que cuando llegó este martes a trabajar y no vio las vallas, se sintió muy desprotegida. Dentro del perímetro que estuvo cercado 334 días se sentía tranquila y segura, pero desde hace tiempo le teme a los alrededores, porque asegura que la situación afuera se volvió cada vez más peligrosa.
Y así lo ratifican las cifras, que dan cuenta de que a pocos metros de las vallas que rodearon esta plaza turística hasta hace tres días se radicaron por lo menos 12 estructuras delincuenciales que estarían bajo la tutela de los grupos criminales Caicedo y Robledo, que tendrían entre sus integrantes a colombianos y extranjeros.
Luis Fernando Quijano, director de la Corporación para la Paz y el Desarrollo (Corpades), dijo que el cerramiento de este sector llevó a las estructuras que estaban allí radicadas a innovar y a expandirse en otros sectores aledaños.
“Tenemos bandas que deben pagar el derecho a trabajar en esas zonas aledañas, que le deben dar recursos a las Convivir para poder delinquir. Tenemos una que se hizo pasar por Tren de Aragua y otra conocida como los Cocuelos, que después del cerramiento se fue para Parque Berrío y Parque Bolívar”, indicó.
Problemas de la periferia
Las cifras dentro del perímetro cercado de la Plaza Botero dan cuenta de que muchos de los delitos, únicamente en este espacio, rebajaron considerablemente por la custodia policial perimetrada.
Según el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc), durante el “abrazo” de Plaza Botero se presentaron tres casos de hurtos a personas y tres más de celulares de aquellos delincuentes que evadían los controles y se aprovechaban de los turistas en todo el 2023.
Si se comparan las cifras con los tiempos en los que no existían vallas, el cambio sí es sustancial, puesto que se contabilizaban 102 hurtos a personas, 33 de celulares, siete a comercios, uno de carros y uno más de motos entre el 1 de febrero y el 15 de diciembre del año 2022.
Miradas las cifras dentro de este abrazo se daría como exitosa la estrategia de seguridad y la tranquilidad que daba a quienes trabajaban en los negocios y establecimientos dentro del lugar.
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Otro panorama se vivía de puertas para afuera, donde los delincuentes se expandieron. Como consecuencia, las cifras de delitos en esas zonas se incrementaron, principalmente, en los barrios Estación Villa y Prado Centro, los más cercanos al espacio cercado.
En dichos barrios hubo un incremento del 7,5% de los hurtos entre 2022 y 2023, pasando de 573 casos antes del cercamiento a 616 ocurridos durante el cerramiento.
En lo que corresponde al hurto a personas, se denunciaron 474 robos en estos dos barrios, mientras que cuando aún no estaba el cercamiento se contabilizaron 409, es decir, un 15,89% más de casos.
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“Lo que pasaba muchas veces es que los delincuentes, desde afuera de las vallas, le echaban ojo a la víctima que se encontraba dentro de la plaza y cuando salía de la misma lo interceptaban y le quitaban sus pertenencias”, explicó el experto en seguridad.
Este panorama se registra pese a los esfuerzos de los policías, que en el perímetro de lo que estuvo cercado impusieron 1.780 comparendos, además de realizar 132 capturas por múltiples delitos, de las cuales 113 se hicieron en flagrancia. Además recuperaron 62 celulares.
En cuanto a las lesiones personales dentro del cerramiento solo se registró un caso, el ocurrido el 10 de marzo, a algo más de un mes del cercamiento, cuando en una riña un venezolano de 25 años resulto herido con arma blanca en la fuente de la plaza.
Intervención sin las vallas
Pese al derribo de las vallas, la Policía Metropolitana anunció que analizará los resultados durante los primeros días para implementar las medidas de seguridad en todo el circuito con el propósito de un trabajo integral de seguridad en este sector de la ciudad.
“Por ahora, vamos a seguir manteniendo nuestro servicio en la zona y en la medida que transcurra el tiempo, vamos a hacer los análisis para determinar si es necesaria la presencia de más hombres en este sector”, aseguró el subcomandante de la Policía Metropolitana, coronel Richard Fajardo.
Al menos durante los primeros días de que la nueva administración levantara el “abrazo” que impuso el exalcalde Daniel Quintero en este sector la presencia policial sí se ha sentido, tanto para los turistas como para los comerciantes. “Al principio eso se veía muy solo, pero luego de algunas horas se vio como se llenó todo eso de policías”, manifestó Andrea.
Ahora queda en manos de la nueva administración garantizar la seguridad de quienes visitan la Plaza Botero y sus alrededores para que las cifras de delitos disminuyan en toda la zona y no vuelvan a aumentar en la plaza, que ya está abierta para todos.
*Nombre cambiado
7,5%
fue el aumento de los hurtos en los barrios cercanos a Plaza Botero (Estación Villa y Prado).