Probablemente si un lector joven lee este artículo, el nombre de la marca Zodiac, no le diga mucho. Pero si le comparte esta nota a su padre o a algún tío, seguramente le arranque una exclamación de júbilo que lo devuelva en el tiempo a épocas tal vez más felices y juveniles.
La marca de zapatos Zodiak es todo un referente del calzado de moda en la ciudad, sobre todo en la década de 1990. En ese tiempo los jóvenes de la ciudad comenzaron a perfilar su propia estética, una muy particular que a más de uno hoy le haría sonrojarse por la audacia de dichas modas.
Para esas fechas, en toda fiesta de garaje en Medellín, concierto, ida al estadio, “rodada” en las cotizadas yamahas RX-115 por la ciudad, o en cualquier ocasión informal, los “galanes” vestían por lo general tres prendas icónicas de la estética de esa Medellín: la camisa de seda, el jean doble costura y los Zodiak. Entre más coloridos, mejor.
Si bien hoy en día el Zodiak ya no es el calzado que define a la juventud de la ciudad, todavía goza del cariño sobre todo de los transportadores, que resaltan su comodidad que bien queda remarcada en su slogan: “un guante para sus pies”. Es toda una ironía que una marca de zapatos sea tan querida por los trabajadores que tal vez menos caminen.
Nació de un “chispazo”
Andrés Posada Londoño es el gerente fundador de Zodiak. Él le comentó a EL COLOMBIANO que los inicios de esta marca datan de 1988, cuando tres amigos decidieron aprovechar la moda de la que gozaba un estilo de calzado en Medellín: los americanos tipo apache.
“En esa época no sabíamos nada de calzado, fue más chispazo que tuvimos Diego Restrepo, Alfonso Restrepo, y yo mientras estudiábamos ingeniería mecánica en la Universidad Nacional. Eso fue puro instinto de comerciante. Empezamos a investigar quien nos podía confeccionar los zapatos, quien nos podía hacer la suela, quien nos podría vender el cuero, que parecía de culebra y además venía en varios colores pasteles”, recordó.
Al principio, el gremio de zapateros no creía mucho en la idea de esos tres universitarios. En la extinta Curtimbres Andina, consiguieron casi que bajo cuerda con un empleado de la empresa una muestra del tipo de cuero que requerían.
“No nos paraban bolas porque éramos tres aparecidos sin experiencia y trayectoria. proponiendo algo muy diferente a lo que se veía en esa época”, añadió Posada.
Lejos de amilanarse por el desprecio inicial, los jóvenes siguieron en su búsqueda hasta que dieron con el profesor del Sena, Iván Ospina, quien tenía un taller de calzado. Este los guió por ese mundo de la fabricación de zapatos que para ese entonces era más rústico que ahora.
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“El primer molde de suela lo conseguimos en un taller de Lovaina. Lo hicieron con unas fundiciones muy elementales. Luego de trajinar mucho, pudimos sacar una primera serie de 800 zapatos en el taller del profesor Ospina que quedaba por Guayabal”, apuntó.
Los primeros Zodiaks eran un popurri de colores y cuero que combinaban el azul, el rosado y el verde.
Pero más allá de celebrar, ese primer lote trajo sus complicaciones. Las suelas se despegaban con poco uso. El hecho los obligó a hacer un reproceso de pedido, lo que permitió estudiar mejor el motivo del desperfecto así como su solución, lo que les dio valiosas enseñanzas para las próximas tandas de zapatos.
El auge del Zodiak
Tras ese éxito inicial, se abrió el taller La América que empleaba a ocho personas. Entonces la operación se dividió en dos: en La América se seguían fabricando los apaches, y en Guayabal unas botas de malla y puntera metálica que también gozaron de fama.
Los Zodiak se fueron consolidando gracias a esa popularidad que gozaba entre los jóvenes por dos razones: la principal es que satisfacía ese anhelo juvenil de calzar a la moda, y la otra –no menos importante– es que ofrecía una comodidad tal, que incluso permitía usarlos sin medias, algo inédito en Medellín donde generalmente el zapato se usaba con medias para paliar los tallones que causaba el rústico calzado de antaño.
“Venían hasta ecuatorianos con fajos de dólares a comprar zapatos, los almacenes anticipaban plata y se peleaban por la exclusividad del producto. Los pedidos eran inmensos”, recordó Posada.
Durante el resto de la década Zodiak siguió buscando mantener a sus clientes contentos. Cada vez eran más comunes los diseños que combinaban colores fuertes o adornos curiosos como el particular “fleco” que tenía el zapato en la parte frontal.
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Esa bonanza en la que llegaron a fabricarse 120.000 pares anuales y exportar a cuatro países también permitió que la empresa realizara ciertas excentricidades. Por ejemplo, en 1998 organizó un concierto en la tribuna oriental del Atanasio Girardot en el que el único requisito para entrar era llevar puestos unos Zodiaks.
Además, en 1997, Zodiak apareció en el libro de los Récords Guinness como la creadora del zapato más grande del mundo, un apache de 2,13 metros de largo y 40 kilogramos de peso, y de talla 321.
Remando contra corriente
La década de 1990 fue la época feliz para los fabricantes de los Zodiaks que hasta ahora han realizado la friolera de 2.300 diseños diferentes de sus icónicos zapatos. Sin embargo, el nuevo milenio se volvió una de las épocas más oscuras para la empresa que –aunque muchos la piensen extinta– trata de seguir a flote.
“Así como la moda en su momento nos favoreció, hoy nos pasa factura. Hoy lo que manda la parada son los tenis, que desdeñan mucho el uso del cuero en su fabricación –una fortaleza para Colombia– y se inclinan por lo sintético. Un cliente antes me pedía 200 pares, hoy pide si mucho 40”, añadió Posada.
A eso hay que sumar que la apertura económica impulsada por el presidente César Gaviria hace tantos años todavía sigue dejando nefastas consecuencias al gremio del zapato del país el cual es cargado con impuestos. A este mal se suma el contrabando que ahora también ofrece sus calzados en redes sociales y que más que utilidades y empleo busca lavar los dólares mal habidos que entran al país.
“Al fabricante le exigen mucho pero al importador poco y encima puede hacer lo que quiera pues escasamente lo controla la ley. Yo llegué a tener 120 trabajadores y hoy apenas somos 45. De todos los que nos fue bien en el boom de los 90 quedamos muy pocos. Seguimos en pie Bosi, Vélez y las empresas de calzado de dotación .Los zapateros estamos en vía de extinción.”, dijo el gerente.
A pesar de la constante sensación de tener el agua al cuello, Zodiak sigue remando para mantenerse a flote. Por eso, amplió su portafolio y ahora ofrece –aparte de los icónicos apaches– botas, zapatos informales, zapatos-tenis y sandalias playeras. Todos hechos con excelentes cueros y brindando la comodidad de siempre. Tal vez con ellos, espera volver a brillar como alguna vez lo hizo antaño.
“La actual situación nos ha diezmado, pero esperamos pasar esta noche oscura y que se reactive la demanda. Ahí también necesitamos que las autoridades se pongan las pilas con el contrabando y que la economía del país reaccione”, puntualizó el gerente.
Tres tiendas Zodiac siguen abiertas
Aunque muchos consideren que la marca se extinguió, esta todavía sigue vigente y lista para atender a todos aquellos clientes que añoran tener un par de zapatos de este estilo y comodidad. Actualmente Zodiac vende sus zapatos en las tiendas de la Avenida 80 con la calle 21 de Belén, en la sede de la calle 10 Sur con carrera 50FF de Guayabal-La Aguacatala y en el cruce de la calle Amador con la carrera Bolívar el Centro de Medellín.