El gerente general de EPM, Jorge Carrillo, dimitió y ya está separado de su cargo.
La confirmación de la noticia la dio el exalcalde Daniel Quintero a través de su cuenta en X (antes Twitter) casi a la medianoche de este jueves, donde destacó los que, según él fueron los mayores aportes del funcionario en la mayor empresa de servicios públicos del país, y la cual lideró desde que fue nombrado, en abril de 2021.
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“Sacó adelante a Hidroituango y evitó un racionamiento Nacional, redujo la deuda y entregó la empresa con las utilidades más altas de su historia”, escribió Quintero. Sin embargo, esta versión contrasta con el informe que entregó solo un día antes John Alberto Maya, quien fue designado por el alcalde electo Federico Gutiérrez como nuevo gerente de EPM y empezará a ejercer a partir del primero de enero.
En un informe del empalme, Maya criticó que la empresa comenzará el año con un déficit de caja de cinco billones de pesos como producto de la pérdida de confianza que tuvo en el entorno de la banca nacional y multilateral. Además, aseguró que desde el próximo año será necesario empezar a cobrar un valor adicional a los usuarios como producto del rezago en pagos anteriores por un supuesto congelamiento a las tarifas que no fue tal, sino una especie de préstamo con intereses, y adicionalmente, habrá que resolver presuntos entuertos en la contratación que se cometieron en filiales del conglomerado empresarial.
Según el decreto de aceptación de la renuncia, carrillo manifestó su voluntad de separarse de su cargo antes de culminar el periodo oficial, el 31 de diciembre, mediante un correo electrónico que le hizo llegar este 28 de diciembre a la junta directiva y al alcalde encargado de Medellín, Óscar Hurtado.
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También de acuerdo con el mismo decreto, en su reemplazo, desde este mismo viernes y hasta el lunes, ejercerá la gerencia de EPM el vicepresidente de Asuntos Legales de la entidad, Jhonatan Villada, de quien se reconoce una gran cercanía con el exmandatario Quintero.
Desde el mismo nombramiento, la gestión de Carrillo fue controversial, pues el ingreso a EPM se produjo en medio de un ambiente caldeado, ya que previamente la junta directiva había renunciado por considerar que el alcalde Quintero estaba pasando sobre las decisiones de ese que es el máximo organismo de decisión dentro de la compañía. En ese mismo contexto, se había producido la salida del primer gerente que tuvo EPM en la administración Quintero, como fue Álvaro Guillermo Rendón.
Igualmente, fueron cuestionados los pergaminos académicos y la experiencia de Carrillo para dirigir un grupo económico de la magnitud de EPM, que es la principal compañía de servicios públicos del país y una de las más importantes de América Latina.
Posteriormente, tampoco faltaron las críticas por nombramientos con tinte político y por el manejo que se le dio a la contratación, con presuntos visos de infracciones al manual interno que rige esta materia y hasta al código de ética. En particuar esto se habría presentado en un contrato para la alimentación de los trabajadores de Hidroituango pero también, y más grave aún en la selección de las firmas que deberán culminar el proyecto hidroeléctrico para ponerlo a trabajar a su máxima potencia.
