La cotidianidad del Centro de Medellín esconde una triste realidad que se volvió paisaje para muchos. Esquinas, semáforos y otros lugares públicos sirven de sustento para familias migrantes y algunas colombianas que no encuentran oportunidades más allá de las ventas ambulantes. Es común ver niños y niñas que pasan todo el día con sus madres o padres, a merced del intenso sol, la lluvia, el ruido, los riesgos inherentes a la calle y, muchas veces, el hambre.
Esta situación, que se agravó con la pandemia, fue el punto de partida de la fundación Las Golondrinas para crear, a principios de 2021, el proyecto Casa de Luz, un espacio que ubicaron en el Centro para acoger a los menores de edad, en especial de familias migrantes, mientras sus padres trabajan.
Allí juegan, aprenden, experimentan, se alimentan y están protegidos bajo un techo seguro. En este momento, atienden a 100 niños y niñas menores de 5 años, desde las 8:00 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde. Pero no es suficiente ante la demanada que existe.
Necesitan abrir más cupos
El sitio fue habilitado y dotado a punta de donaciones, según cuenta Gabriela Santos, directora de Las Golondrinas. Comenzaron atendiendo a unos 30 menores de edad y fueron aumentando los cupos, que son contratados con Buen Comienzo, aunque unos cuantos son pagados directamente por la fundación y sus benefactores.
Mientras tanto también seguía subiendo la demanda y hoy tienen identificados a alrededor de 20 niños y niñas potenciales beneficiarios que pueden recibir allí. Pero para hacerlo necesitan recursos con los que no cuentan.
Además, vieron una nueva necesidad para la cual también requieren la solidaridad de la ciudad. Cuando llegan las 5:00 de la tarde, los pequeños vuelven donde sus mamás y papás, pero deben permanecer con ellos por lo menos dos horas más en las calles hasta que terminen sus jornadas de trabajo, pues muchas veces les siguen faltando unos pesos para pagar una habitación donde dormir, que comúnmente quedan en hoteles o inquilinatos del Centro.
Por ello, en Casa de Luz quieren ampliar el horario de atención hasta las 7:00 de la noche y extenderlo a los sábados, de modo que los pequeños no deban pasar tiempo en las calles. Asimismo, comenzaron una estrategia para enseñarles a las mamás, una vez a la semana, a hacer productos artesanales que luego pueden vender para ajustar sus ingresos.
El sueño va más allá: quieren poner a funcionar otra sede en el Centro de la ciudad porque saben que son muchos los menores de edad que podrían beneficiar. Es por esto que la fundación Las Golondrinas apela al apoyo de empresas, fundaciones, instituciones y ciudadanos que quieran sumarse a esta apuesta.