La llegada de por lo menos diez exfuncionarios de Daniel Quintero al gobierno del presidente Gustavo Petro sigue generando críticas, en especial desde Medellín, donde gobernaron durante los cuatro años pasados en medio de escándalos en casi todas las dependencias por múltiples denuncias de presunta corrupción, muchas de ellas bajo investigación de la Fiscalía y órganos de control.
La mayoría de ellos llegó a entidades del orden nacional luego de que Quintero sufriera la derrota monumental en las urnas ante Federico Gutiérrez en las elecciones territoriales de 2023 y no lograra ni continuar su gobierno local ni quedarse con la Gobernación de Antioquia. Por ello, muchos consideran que el mismo exalcalde está poniendo con estrategia sus fichas en el gobierno nacional con miras a una candidatura presidencial en 2026.
No obstante, otras fuentes han dicho que por su poca influencia en Bogotá al exalcalde no le ha sido posible entenderse de tú a tú con el presidente para recomendar a quienes fueron o aún son sus alfiles, y que se ha necesitado de intermediarios como congresistas y excongresistas. Incluso, hay versiones de que han sido los mismos exfuncionarios quienes han tocado puertas con ayuda de senadores y representantes a la Cámara.
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Aunque algunos se fueron antes de que terminara la administración pasada, este año se han conocido casi todos los nombramientos de quienes estuvieron en el gabinete de Quintero o en cargos de primer nivel en distintas dependencias. Y casi todos han generado polémica porque cargan sus propios cuestionamientos y enredos por presuntas irregularidades en su paso por la administración o por el hecho de haber permanecido en la alcaldía pese a tanta denuncia.
Tablero de nombramientos
La llegada de los integrantes del equipo de Quintero a dependencias del orden nacional se ha dado con mayor fuerza en los primeros meses de este año, justo cuando en Medellín se vivió una especie de purga por todo el conglomerado público para que los más cercanos al exalcalde rompieran todo vínculo con la alcaldía, al tiempo que el alcalde Gutiérrez aseguró que puso en conocimiento de las autoridades por lo menos 600 hallazgos de presunta corrupción.
Una de las primeras personas que logró un puesto en el gobierno Petro fue Juliana Colorado, cuyo cargo más importante fue el de secretaria de Medio Ambiente de Quintero. Su arribo se dio en diciembre de 2022, casi siete meses después de renunciar a la alcaldía para integrar el equipo de campaña presidencial del Pacto Histórico en Medellín.
En las redes sociales del Departamento de la Prosperidad Social (DPS) le dieron la bienvenida como directora regional el 14 de diciembre de 2022, pero el pasado 22 de marzo, Colorado indicó que no hacía parte del gobierno nacional. Fuentes contaron que renunció al cargo en el DPS.
Por su lado, Wilder Echavarría, quien tuvo como último cargo en Medellín el de vicepresidente ejecutivo de Proyectos e Ingeniería llegó en marzo pasado como asesor del Ministerio de Minas y Energía. Pero su paso por la alcaldía de Quintero fue más polémico cuando se desempeñó como gerente de la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU), una de las entidades con más denuncias. Fue en la administración de Echavarría que se cambió el manual de contratación de la entidad, en el que la novedad más sobresaliente fue que el límite en el proceso de contratación por invitación privada subió en casi un 1.900%.
Por su lado, Sergio Andrés López, quien fue director de Planeación de Quintero y estuvo al frente del proyecto del Metro de la 80, llegó como asesor al Ministerio de Salud en marzo pasado. Él se mantuvo con el equipo del alcalde hasta el final, primero como precandidato a la Alcaldía de Medellín para continuar el gobierno de Independientes; después como gerente de campaña de Esteban Restrepo, candidato a la Gobernación de Antioquia por ese partido al que el Consejo de Estado acaba de quitarle la personería jurídica.
Otra de las nombradas es Natalia Jiménez, quien fue secretaria general del gabinete de Quintero y secretaria general de Telemedellín, donde tuvo que lidiar con uno de los mayores escándalos del canal por el caso de nóminas paralelas, hoy investigado por la Fiscalía y entes de control. Ella llegó como enlace de Antioquia con la Agencia Nacional de Minería, según datos del Sigep.
Asimismo, hace poco se conoció la polémica en medio de los escándalos de corrupción en la Ungrd, porque el director Carlos Carrillo cuestionó que a la entidad entraron dos personas que también trabajaron en el gabinete de Quintero.
La primera de ellas fue Alethia Arango, quien en la administración Quintero fue directora del Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres, Dagrd, y subsecretaria de Defensa y Protección de lo Público. Fue funcionaria en Medellín hasta marzo de 2023 y durante su paso por el Dagrd se le señaló de usar el vehículo oficial de la alcaldía para hacer diligencias privadas como ir al gimnasio. Ella fue nombrada subdirectora de Reducción del Riesgo de la Ungrd y la removieron del cargo tras la salida de Olmedo López.
La otra es Andree Uribe, quien llegó como contratista a la entidad nacional de gestión del riesgo en diciembre del año pasado. Ella fue secretaria de Salud de Quintero y entre las polémicas más fuertes que enfrentó está la millonaria inversión que se hizo para adaptar la Clínica del 80 en pandemia, pese a que luego la tendrían que devolver porque el dueño, una EPS en liquidación, la vendió a un privado. Uribe renunció al cargo de secretaria y luego fue precandidata de Independientes a la Alcaldía, aunque en medio de la campaña renunció al hasta ayer partido y según ha asegurado se distanció de Quintero.
Entre los nombramientos más cuestionados están tres que se hicieron en la Unidad Administrativa Especial de Gestión Pensional y Contribuciones Parafiscales de la Protección Social (UGPP), adscrita al Ministerio de Hacienda. Uno de ellos es el de Juan Pablo Ramírez, exsecretario de despacho de Quintero, quien fue nombrado subdirector de Normalización de Expedientes Pensionales.
Ramírez sigue siendo uno de los hombres más cercanos al exalcalde y carga con investigaciones entre las que se destaca la de presuntas presiones a exdirectivos y excontratistas para donar parte de su salario a la fundación “El futuro se parece a nosotros”, al parecer, para financiar una candidatura de Quintero en 2026.
A la UGPP, como director de Gestión de Tecnología de la Información, también llegó Edwin Muñoz, quien fue gerente de la Empresa para la Seguridad y Soluciones Urbanas (ESU) y a quien la Personería de Medellín le abrió un proceso en 2021 por presuntas irregularidades en el proceso de selección del contrato de vigilancia privada de las entidades que conforman el conglomerado de la alcaldía.
Y para el cargo de directora de Soporte y Desarrollo Organizacional de la UGPP llegó quien fue subgerente de la ESU, Marelbi Verbel Peña. Ahora bien, aunque Luciano Grisales, quien está al frente de la entidad, le dijo a El Tiempo que estas personas fueron elegidas por su hoja de vida y calidad profesional, otras fuentes han asegurado que las contrataciones se hicieron con influencia del exsenador Julián Bedoya, quien ha sido aliado de Quintero.
En Medellín cerraron puertas
Es justamente en este punto que varias fuentes creen que Quintero se ha tomado el trabajo de poner fichas en el gobierno nacional para expandir su proyecto político. Hay que recordar que incluso se hizo suspender de forma provisional por presunta participación en política en favor de Petro cuando era candidato presidencial y que gran parte de su gabinete, incluidos varios de los mencionados en este artículo, renunciaron para apoyar esa campaña.
No obstante, los múltiples escándalos de la pasada alcaldía han pesado tanto que fuentes cercanas a Independientes y al Pacto afirmaron que si bien existe relación entre Quintero y Petro, el primero no es que tenga mucha influencia en Bogotá y que las personas de su círculo que han logrado cargos han tenido que contar con recomendación de personas como el exsenador liberal Julián Bedoya o el senador conservador Carlos Trujillo.
Asimismo, contaron que el representante a la Cámara Alejandro Toro, del círculo más cerrado de Quintero pero avalado por la Colombia Humana en 2022, también ha hecho lobby para algunos nombramientos, aunque él en sus redes sociales hace poco dijo que no recibía hojas de vida ni recomendaba a nadie.
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Las mismas fuentes explicaron que aunque algunos están en oficinas donde podrían influir en decisiones burocráticas, los nombres del gabinete de Quintero no tienen tanta fuerza como para ser nombrados en altos cargos. Incluso, una persona refirió el caso de Esteban Restrepo, quien no ha podido ubicarse en un puesto de renombre, tan siquiera un viceministerio, como lo ha estado buscando.
Además, tres personas que estuvieron en el grupo cercano de Quintero dijeron que varios de los que han logrado puestos en el gobierno Petro han tenido que tocar la puerta en Bogotá por sí mismos, ante la incertidumbre por su futuro laboral. Otros más se han logrado acomodar en entidades territoriales ante la imposibilidad de conseguir trabajo en Medellín y, mucho menos, en el gobierno nacional.
En lo que varios coincidieron es en que en Medellín les han cerrado las puertas, hasta en el sector privado, a casi todos los que tuvieron cargos altos en el gobierno de Quintero, una vez más, por la cantidad de denuncias contra ese gobierno.
Esta situación, por ejemplo, habría puesto a temblar el nombramiento de Juan Daniel Pulgarín, exsubsecretario de Grupos Poblacionales y también candidato de Independientes a la Asamblea de Antioquia, quien aspira a un cargo en la Agencia Nacional de Tierras.
Según varias fuentes, pesan los señalamientos en su contra por presuntamente presionar a una funcionaria de quien era jefe para que renunciara en 2021, en medio del escándalo por los pedidos de dinero para “El futuro se parece a nosotros”, el mismo caso de Ramírez.
Mientras esto sucede, lo cierto es que Quintero mantiene la mira puesta en ser candidato presidencial, tal como lo evidenciaron desde las pasadas elecciones territoriales, cuando en todo el país Independientes montó una estrategia que buscaba quedarse con el mayor número de alcaldías y curules en concejos y asambleas, para promover la candidatura de Quintero. No les fue tan bien como esperaban, pero su meta no murió.
Él mismo se vendió como uno de los posibles sucesores de Petro en las marchas del pasado primero de mayo. Falta ver en qué terminan las investigaciones que hay en contra de su administración y el eco que puedan tener en lugares distintos a Medellín.
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