Tuvieron que pasar casi seis años para que se entregara la 12 Sur, una obra de 1,6 kilómetros, vital para la operación del metroplús al sur del Valle de Aburrá. Los trabajos comenzaron el 4 de diciembre de 2017 y debían estar listos en febrero de 2019. Pues bien, al fin se logró concluir con esa obra que tantos traumas trajo para la movilidad en el occidente de Medellín.
La 12 Sur conecta a la Autopista Sur con la Avenida Guayabal. Esta era una obra necesaria para la articulación de los buses de metroplús, que aún no ruedan hacia Itagüí y Envigado; para ello se necesitaba también terminar esta obra pendiente.
Además de ampliar la vía de dos a tres carriles, en el tramo se construyó un soterrado peatonal de 60 metros de longitud. “Con alegría hoy Medellín, Itagüí y Metroplús podemos decir que estamos entregándole a la comunidad una obra más para mejorar la movilidad y la integración al Metro, al metro de la 80, Metroplús y todo lo que tiene que ver con las rutas alimentadoras de la cuenca 4. Podemos decir que otra obra que estaba suspendida se está entregando de la mano de la Alcaldía de Medellín a la comunidad itagüiseña”, indicó el alcalde de Itagüí, José Fernando Escobar.
En el evento también estuvieron Daniel Quintero, el alcalde de Medellín, y Luis Fernanda Gómez, la Secretaría de Infraestructura de Medellín. La 12 Sur será más moderna. En el proyecto se intervinieron 30.000 metros cuadrados de espacio público que incluyen urbanismo, seis módulos estacionarios para venteros y nuevos andenes para integrar a Medellín e Itagüí. También se realizó la modernización de todas las redes húmedas y secas.
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La obra beneficia a 250.000 personas, informaron en el evento de inauguración. Son las mismas 250.000 personas que tuvieron que soportar más de cuatro años de atrasos, de trancones y dolores de cabeza.
En cuanto a lo ambiental, se han sembrado 395 nuevos árboles de 434 que se tienen proyectados. Esto también constituye a la 12 Sur en un corredor ecológico para el beneficio de especies de fauna, dijo la Alcaldía de Medellín. La obra tuvo un costo de 450.000 millones de pesos.
Lo que esperan los habitantes de Itagüí y Sabaneta es que, al fin, el sistema de transporte llegue a sus municipios, una promesa que llevan esperando desde hace más de tres lustros.
La historia de la obra de la vergüenza
La obra estuvo abandonada más de un año. Su historia de desidia y largos retrasos fue la siguiente. Empezó a ejecutarse el 4 de diciembre de 2017 durante la Alcaldía de Federico Gutiérrez y debió ser terminado el 4 de febrero de 2019.
Ante un primer retraso, se le otorgó una ampliación de 186 días al consorcio integrado por Conasfaltos y la mexicana Construcciones y Dragados del Sureste. Con lo que no contaban ni la administración municipal de Medellín ni Metroplús era que el contratista iba a volver a incumplir, pues en el momento en que se cumplió el nuevo plazo apenas había un avance del 55,9%.
Esto obligó a la terminación del contrato, a parar los trabajos y a realizar una nueva adjudicación a la Unión Temporal del Sur, con interventoría a cargo de Escala CCI SAS.
Las obras se reanudaron el 19 de abril de 2021 con la esperanza de que todo culminaría en enero de 2022, fecha que tampoco se cumplió. Apenas a finales del año pasado comenzaron a poner la nueva capa de asfalto que por fin ‘enterró’ ese aspecto que tenía la avenida de pista de obstáculos por cuenta de 21 tapas de alcantarillas que quedaron resaltadas con pintura amarilla.
Siete meses duraron los ‘retoques’ hasta que por fin esta obra, que pasará como una de las más vergonzosas de la ciudad, se pudo entregar.