De la estrategia “Abrazo a Botero”, implementada por la Administración Distrital en Plaza Botero desde el 27 de enero de 2023 para “recuperar la seguridad y el orden” en este lugar, solo quedan unas vallas como recuerdo de la fragmentación. Pero ahora esas vallas, que estaban unidas con fuertes herrajes, están en gran parte separadas o amarradas improvisadamente por líderes de la zona, mientras el miedo, la mugre, el desorden y el desaforo humano se toma la plaza.
Por todos los lugares que están separadas las vallas y ahora se puede ingresar o salir sin ningún problema, los controles de la Policía prácticamente no funcionan y los policías impotentes e insuficientes para realizar el control en uno de los lugares más representativos y complejos de la ciudad, solo observan el río de gente que transita sin ejercer sus funciones.
Alberto Ávila, representante legal de la asociación Asobotero y líder del frente de Seguridad Ciudadana que trabaja en articulación con la policía de turismo, aseguró que “el parque se está deteriorando día a día, nadie le pone cuidado a nada y mucho menos a las vallas que ahora están abiertas de par en par”.
De otro lado, residentes de la zona han denunciado que ni la Policía que está en los ingresos quiere trabajar, que no realizan requisas y ningún tipo de control a los vendedores ambulantes no regulados y mucho menos a otras problemáticas como la prostitución y la venta y consumo de estupefacientes.
Muchos líderes incluso han sacado de su dinero para comprar alambre y así poder cerrar algunas vallas mientras la nueva administración local ingresa, las retira y garantiza la seguridad para los comerciantes, visitantes y todos los que habitan a diario el principal lugar turístico que tiene Medellín.
“Nosotros siempre hemos pedido que hagan lo que se comprometieron hacer desde el comienzo, el control total, o si no, que lo abran ya. Este cierre ya no tiene sentido”, aseguraron algunos líderes y comerciantes que llevan años trabajando en el sector.