La justicia colombiana, que se ha caracterizado por acatar la mayoría de las solicitudes de extradición por parte de las autoridades de Estados Unidos, acaba de tomar una decisión emblemática en el caso de un violador en serie de nacionalidad peruano-estadounidense llamado Heinz Pool Buleje, que durante año abusó sexualmente de decenas de menores de edad en Medellín.
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El caso se remonta al 21 de diciembre de 2017. A las 9 y 10 de la noche de ese día la policía y la Fiscalía allanaron la finca La Victoria en el municipio de Copacabana. Horas antes las autoridades habían recibido una llamada de una angustiada madre que denunció que su hija, una menor de 15 años, se encontraba en esa finca con otras menores de edad siendo abusadas sexualmente por dos hombres, uno colombiano llamado Juan Guillermo Orozco y otro extranjero, Buleje, que ya había hecho lo mismo en otras ocasiones, invitándolas a fiestas y pagándoles para acceder carnalmente a ellas.
En la finca la policía encontró 15 niñas menores de edad, entre 14 y 17 años. Además incautaron drogas, alcohol, dólares y pesos colombianos, así como cinco tarjetas de crédito pertenecientes al extranjero y una maleta llena de ropa interior femenina.
El operativo en la finca en Copacabana fue la punta del iceberg de este caso. Las autoridades determinaron que entre 2010 y 2017 Buleje viajó a Medellín al menos siete veces, a fin de organizar y participar en orgías con niñas. Las víctimas recibían pagos para participar en actos sexuales con este hombre, entre $150.000 y $300.000.
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También determinaron que el abusador sexual viajó a Colombia proveniente de Estados Unidos en septiembre de 2017 y organizó un viaje a la ciudad de Cartagena en compañía de ocho menores de edad, las menores fueron llevadas en vehículos particulares pagados por el señor Buleje, se hospedaron en una lujosa casahotel de Cartagena, en donde accedió sexualmente a ellas a cambio de dinero y regalos. También se conoció que en 2015 cuando una de sus víctimas tenía 13 años de edad, fue accedida sexualmente por el hombre a cambio de un millón de pesos. En las entrevistas forenses de las adolescentes, estas manifestaron que efectivamente habían sido llevadas a dichos lugares a sostener relaciones sexuales con Buleje y a cambio recibían dinero y regalos.
Desde entonces Pool Buleje enfrenta en prisión un proceso por explotación sexual comercial de personas menores de 18 años, actos sexuales con menor de 14 años, turismo sexual, tráfico, fabricación o porte de estupefacientes y suministro a menor y concierto para delinquir. En 2021, la Corte Distrital de los Estados Unidos para el Distrito Norte de Illinois profirió formalmente la acusación contra Buleje por decenas de cargos, que incluyen concierto de tráfico sexual de menores, viajar en el comercio internacional para involucrarse en conductas sexuales ilícitas y viajar en el comercio internacional e involucrarse en conductas sexuales ilícitas en un país extranjero con una persona menor de 18 años de edad.
La Corte gringa solicitó en extradición a Buleje, argumentando que el código penal norteamericano contemplaba los cargos por los que era imputado en Colombia y que, al tener nacionalidad estadounidense, le competía juzgarlo en su territorio.
Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia que estudiaba la solicitud desde 2021 determinó esta semana que es improcedente enviar a Buleje a Estados Unidos y que primero deberá afrontar su proceso, pagar la condena que todavía no se ha proferido y que, incluso, luego de pagar su condena deberá quedar a disposición de la justicia colombiana para afrontar nuevos cargos por delitos sexuales contra menores de edad. Luego de todo esto, que podría tomar hasta 20 años, ahí sí podrá ser deportado a Estados Unidos para que pague por los delitos que allí le endilgan.
Básicamente los argumentos de la Corte se centran en el hecho de que los crímenes de Buleje fueron cometidos en Colombia y que al haber sido cometidos contra menores de edad, que son sujetos de especial protección, la justicia colombiana tiene prioridad para juzgarlo y así buscar reparación integral a las decenas de víctimas del abusador sexual.
Además, la Corte Suprema determinó que parte de las pruebas allegadas por la defensa de Buleje eran, en palabras castizas, absurdas y flojas y buscaban, en últimas, burlar a la justicia colombiana para ser extraditado a su Illinois natal y allí, cerca de su familia y “jugando en casa” intentar zafarse de sus líos con la justicia y sus crímenes cometidos en Colombia.
De paso, la Corte Suprema le mandó un regaño al Juzgado Once Penal del Circuito de Medellín y le señaló que cuanto antes tiene que adoptar las medidas necesarias para evitar que se siga dilatando el proceso. Esto incluye conseguir un traductor que ofrezca garantías al procesado para que finalmente se llegue a sentencia condenatoria.
