Mientras viajaba con su mamá en un alimentador del metro que transitaba por el barrio Manrique, Maximiliano Quevedo, de dos años, se convirtió en una de las últimas víctimas fatales que vienen dejando los accidentes de tránsito en Medellín. La tragedia ocurrió en cuestión de segundos. Mientras el vehículo estaba en el cruce entre la carrera 47 y la calle 69, un bus de servicios especiales que se había quedado sin frenos lo embistió con fuerza y de paso se llevó consigo a un taxi y una moto.
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Además del menor, el siniestro también le costó la vida al conductor del segundo bus y dejó unas 16 personas heridas, 5 de ellas estado crítico. Este fue uno de los 20.397 accidentes de tránsito que se han presentado en lo que va de este año en Medellín, un drama que deja más víctimas mortales que los mismos homicidios, porque en las calles han muerto 197 personas con corte a este miércoles.
De acuerdo con los datos de la Secretaría de Movilidad, el 54% de esos casos corresponden a personas que iban en moto, 37% caminando, 6% en bicicleta y 4% en transporte público.
Aunque la mayor parte del tiempo las víctimas fatales son las que reavivan las preocupaciones por lo que está ocurriendo en las vías, los lesionados también son un frente creciente de alerta pública.
De los 20.397 accidentes que van este año, por lo menos 18.485 han resultado con heridas leves o graves, lo que equivale a que en promedio cada día se presentan unos 85 accidentes, 77 de ellos con lesionados.
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Christian Gómez Duque, urgentólogo del Hospital San Vicente Fundación, explica que los accidentes de tránsito son más frecuentes de lo que se piensa en los hospitales de la ciudad.
A juicio del especialista, aunque esta es una problemática que viene desde tiempo atrás, durante los últimos años el personal médico coincide que el incremento del número de motos rodando por la ciudad ha incidido directamente en el balance de lesionados.
En números gruesos, Gómez apunta a que de cada 10 casos que entran por las puertas del hospital, por lo menos 8 tienen que ver con conductores de motocicleta que tuvieron algún percance.
Si bien cuando de noticias se trata los accidentes más aparatosos son los que se llevan todos los reflectores públicos, el urgentólogo señala que la mayor parte de los heridos que entran al hospital vienen con lesiones leves.
Del total de las personas que entran, el médico señala que entre un 20% y un 30% aproximadamente corresponden a víctimas de accidentes de tránsito, uniendo los cuadros leves y graves.
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En el caso del San Vicente, por ejemplo, este miércoles había 14 pacientes hospitalizados por accidentes de tránsito, ocho de ellos motociclistas y uno internado en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Estas cifras son muy similares a las de otras instituciones como el Hospital Alma Mater, que con corte a este miércoles también tenía a un motociclista internado en UCI.
Para conocer ese balance a nivel de ciudad y regional, este diario consultó con la Secretaría Seccional de Salud de Antioquia, pero hasta el cierre de esta edición no obtuvo respuesta.
A pesar de que en algunos momentos se juntan accidentes aparatosos que ponen la red hospitalaria bajo estrés, Gómez explica que en promedio el número diario de pacientes críticos que ingresan al San Vicente oscila entre 1 y 2 la mayor parte del tiempo.
“Los accidentes de tránsito realmente son una causa muy frecuente de consultas al servicio de urgencias. Es decir, desde el paciente que llega estable y que no tiene una condición que amenaza su vida, hasta de los pacientes que llegan en muy grave estado de salud”, explica el médico.
“Por lo general es mucho más frecuente que consulten pacientes que no están tan graves, sino que tengan lesiones en los huesos o musculoesqueléticas, como torceduras de tobillo, los esguinces, las luxaciones de las articulaciones o las fracturas. Eso es lo más común”, añade.
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Por el lado de las lesiones leves, los cuadros más usuales corresponden a pacientes que llegan a los hospitales con fracturas en sus miembros inferiores, como los dedos de los pies o tobillos, rodilla, fémur o cadera.
No obstante, y pese a ser menos comunes, los pacientes graves que llegan en ambulancia suelen aparecer con traumas craneoencefálicos severos y son los más propensos a quedar con secuelas de por vida.
Mientras por el lado de las fracturas las secuelas comunes más problemáticas tienen que ver con pacientes que llegan a desarrollar osteomielitis -usualmente causada por malos manejos de dispositivos externos de fijación-, los pacientes con cuadros más severos pueden salir con problemas para actividades tan básicas como comer y respirar.
“En los casos más graves los pacientes pueden salir vivos, pero el costo es quedar con secuelas de un cuidado crítico prolongado. Son pacientes que salen desnutridos, con traqueostomía, gastrostomía y que requieren mucha asistencia para volver a reincorporarse a la vida diaria, es decir, tienen que volver a aprender a alimentarse, educarse en técnicas de fortalecimiento de la respiración”, explica el urgentólogo, apuntando que si bien las familias quedan con sus seres queridos vivos, también quedan con una alta carga de cuidado.
Aunque Gómez apunta que este tipo de accidentes es imposible preverlos, desde su experiencia señala que para reducir el drama de las personas lesionadas debe insistirse en el llamado a respetar las normas de tránsito, no consumir sustancias que alteren los reflejos y la lucidez antes de conducir y usar los elementos de protección como caso y cinturón de seguridad.
