La Organización Mundial de la Salud (OMS), en cabeza de Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró este sábado una “emergencia de salud pública de importancia internacional”(ESPII) debido a la expansión que ha tenido la viruela del mono desde mayo, cuando se detectó el primer caso en países fuera de África, donde la enfermedad es endémica.
Según señaló el alto funcionario, la decisión fue tomada por él mismo desde su cargo como director general de la organización, debido a que el Comité de Emergencias definido para este caso no consiguió llegar a un consenso sobre si activar o no la ESPII.
Esta declaratoria se hace luego de determinar que la situación que se está atravesando con la viruela del mono es “grave, repentina, inhabitual e inesperada”, según explica la OMS sobre las motivaciones para tomar la decisión.
A lo anterior se suman dos factores clave, también descritos por el organismo: si el brote tiene repercusiones de salud pública más allá de las fronteras del Estado afectado y si se requiere la adopción de medidas internacionales inmediatas.
El anuncio cobra sentido al considerar que desde inicios de mayo –cuando se detectó la primera serie de contagios en el Reino Unido–, y con corte al 22 de julio, la enfermedad ha afectado a más de 16.836 personas en 74 países, según los centros para el control y la prevención de enfermedades de Estados Unidos (CDC).
Es por eso que, considerando que la OMS activó el máximo nivel de alerta con el que cuenta en el ámbito internacional, los Estados ahora tienen el deber legal de responder con prontitud a las recomendaciones temporales que anuncie la organización en los próximos días, determinadas en un plan estratégico de preparación y respuesta que debe llevar la comunidad internacional.
Dichas recomendaciones expirarán de forma automática a los tres meses de su formulación, para lo que el Comité de Emergencia será convocado con el fin de definir si la situación epidemiológica sigue siendo una emergencia de salud pública de importancia internacional y si es necesario incluir cambios en las recomendaciones temporales.
Esto según lo estipulado por el Reglamento Sanitario Internacional (2005), o RSI (2005), un convenio jurídicamente vinculante adoptado por 196 países de todo el mundo –incluidos los Estados Miembros de la OMS– con el que se pretende, entre otras motivaciones, “prevenir la propagación internacional de enfermedades, proteger contra esa propagación, controlarla y darle una respuesta de salud pública proporcionada y restringida a los riesgos para la salud pública”, según la OMS.
Con la viruela del mono, ya son siete las veces en que la OMS declara una ESPII desde la entrada en vigor del RSI en 2005. La más reciente se dio el 30 de enero de 2020 por la pandemia del covid-19.