Un viernes trágico, de luto, se vivió tras el impactante accidente aéreo en Brasil, que acabó con la vida de 61 personas: 57 pasajeros y 4 tripulantes.
La aeronave, del constructor franco-italiano ATR, viajaba de Cascavel, en el estado de Paraná (sur), al aeropuerto internacional de Guarulhos, en São Paulo. Según la Fuerza Aérea Brasileña (FAB), el vuelo “ocurrió dentro de la normalidad hasta las 13H20 locales”.
Pero un minuto después, la aeronave no respondió a las llamadas de control y tampoco declaró una emergencia ni estar bajo condiciones meteorológicas adversas. La pérdida de contacto con el radar ocurrió a las 13:22. La caja negra (que contiene los registros de vuelo) ya fue recuperada para su análisis.
De acuerdo con AIR: “La caja negra de un avión, o también llamado registrador de vuelo, es un dispositivo que graba y almacena la actividad instrumental, los procedimientos e, incluso, las conversaciones mantenidas por los pilotos durante el vuelo”.
Un avión completamente destruido
Primeras imágenes muestran al avión en ruinas y con escombros a su alrededor. Por el momento se intenta recuperar objetos que permitan la ayuda con los estudios a seguir.
“La aeronave quedó destruida. El trabajo del Cenipa será fundamental, así como la pericia de la Policía Federal”, dijo el gobernador del estado de São Paulo, Tarcísio de Freitas, a periodistas en el lugar.
Las autoridades locales hacen la respectiva identificación de las víctimas con el fin de entregar información a los familiares. Los cuerpos se trasladarán a la morgue de São Paulo.