Si bien restan nueve meses para las elecciones presidenciales, en Estados Unidos persisten las teorías conspirativas y creencias de toda índole alrededor de los comicios, lo que da cuenta de un ambiente cada vez más polarizado marcado por la desinformación y la incertidumbre. La más reciente conspiración abarca un supuesto complot demócrata con puntadas faranduleras y hasta deportivas.
Detrás de esta teoría conspirativa –promovida por los republicanos–, se encuentra la influyente y popular estrella del pop Taylor Swift y el jugador de fútbol americano Travis Kelce. Lejos de aparecer en las portadas de revistas y medios de espectáculo, ambos están en el foco político y electoral. ¿La razón? La suposición de que su romance es en realidad un complot para amañar el Super Bowl y conseguir la reelección del presidente Joe Biden.
La relación entre la cantante y el jugador de los Kansas City Chiefs tiene cautivado al país y el fanatismo alcanzó su pico el pasado fin de semana, cuando los Chiefs se clasificaron para el Super Bowl de febrero: sin duda, uno de los shows de espectáculo más vistos del mundo. En medio de las celebraciones, Swift bajó al campo para besar a Kelce, que acababa de jugar uno de los mejores partidos de su vida. Pero para los republicanos no se trata de una historia de amor.
Como su líder Donald Trump, los derechistas ven cada vez más teorías conspirativas y este romance no fue la excepción: lo consideran una operación psicológica contra el pueblo estadounidense y las elecciones. “¿Es Taylor Swift un activo del Pentágono?”, fue la interrogante planteada por el canal Fox News en un debate con un exagente del FBI.
Una impulsora mediática de Trump, Laura Loomer, dijo a sus más de 800.000 seguidores en X (antes Twitter): “La operación psicológica de interferencia electoral de los demócratas con Taylor Swift está ocurriendo abiertamente”.
Y Vivek Ramaswamy, un fallido candidato presidencial republicano que ahora respalda plenamente la candidatura de Trump para un segundo mandato, sugirió que existe un complot para impulsar a Biden mediante una falsa relación Swift-Kelce y una victoria amañada de los Chiefs en el Super Bowl. “Me pregunto quién va a ganar el Super Bowl el próximo mes. Y me pregunto si habrá un importante respaldo presidencial proveniente de una pareja artificialmente montada”, escribió en X.
Mike Crispi, personalidad televisiva y gran seguidor de Trump, habló aún más claro: “Todos saben que Taylor Swift y Travis Kelce son falsos y que el Super Bowl está amañado. Eres un loco en este punto si no lo crees”. Según Crispi, Swift aparecerá en el escenario del show de medio tiempo del Super Bowl y apoyará a Biden.
Este furor desbocado tiene sus raíces en un odio que existe desde hace tiempo en la derecha hacia Swift, quien además de ser una superestrella global, es también abiertamente liberal y está en contra de Trump. La cantante apoyó a Biden en su exitosa campaña de 2020 y en septiembre pasado hizo gala de su influencia para llamar a los jóvenes a inscribirse en el registro electoral. Decenas de miles lo hicieron.
No hay que pasar por alto que, además de su marcada influencia entre el público joven –que sigue uno a uno sus pasos en redes sociales–, Swift cuenta con 280 millones de seguidores solo en Instagram y recién fue nombrada personaje del año por la revista Time.
A su turno, Kelce, una especie de leyenda por su exagerada personalidad fuera del campo y sus hazañas durante los partidos, se ha convertido en un improbable objetivo de la derecha tras promocionar las vacunas contra el covid y, ahora, por ser el novio de una celebridad aún mayor.
La saga, no obstante, se ha adentrado en un territorio desconocido: falsas imágenes pornográficas de Swift creadas con inteligencia artificial atrajeron millones de vistas en X antes de que fuesen removidas.
En diálogo con CNN en español, el académico Jared Holt, dedicado a estudiar el extremismo para Strategic Dialogue –instituto sin fines de lucro que le apuesta a revertir la polarización y la desinformación–, calificó de ridícula la teoría conspirativa, pero alertó que una parte del electorado podría terminar creyéndola.
“Las personas y medios que difunden teorías conspirativas sobre Swift suenan ridículas porque son exactamente eso. Pero también están entre las principales fuentes de información de los conservadores modernos, y cuentan con el respaldo financiero de las élites republicanas para difundir este tipo de tonterías”, explicó.
Para el analista, este tipo de hechos son una señal “de lo alejados y despreocupados de la realidad que están hoy los medios conservadores, y hace que uno se pregunte qué es lo que realmente intentan”.