Nicolás Maduro lanzó “una operación especial contra la corrupción” en Venezuela, pese a que él mismo es un político señalado por ese delito, e incluso, sindicado por Estados Unidos de encabezar un cartel narcotraficante.
Las presuntas irregularidades en el Ministerio del Petróleo, que manejaba la vieja ficha del chavismo, Tareck El Aissami, hicieron que el ahora exministro terminara renunciando a esa cartera. Con su salida también fueron despedidos otros 19 colaboradores del Palacio de Miraflores.
La barrida en el oficialismo venezolano es un intento de purga de los pasillos presidenciales que, sin embargo, aún no toca a las entrañas de los otros herederos de Hugo Chávez como el diputado Diosdado Cabello, también vinculado a investigaciones por irregularidades en la administración de recursos públicos.
Maduro despidió a los “testaferros” de El Aissami y en reemplazo del ahora exministro nombró al actual presidente de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), Pedro Tellechea. Según el régimen, la cabeza de El Aissami consolida una “cruzada” anticorrupción en la industria.
“Estuve reunido con el Presidente de PDVSA, Ingeniero Pedro Tellechea, lo designé como nuevo ministro de Petróleo, en el marco del proceso de transformación que vive la industria. ¡Máxima Eficiencia Compañero!”, informó Maduro.
Pero el cambio de mando del sector petróleo no significa una limpieza total del régimen. El mismo Maduro tiene en su contra una orden de detención de Estados Unidos y por su cabeza ofrecen 15.000 dólares de recompensa, porque la Casa Blanca le acusa de ser el cabecilla del Cartel de los Soles.
Contra otros funcionarios que están en el Palacio de Miraflores como el ministro de Defensa Vladimir Padrino López, y el mismo diputado Cabello, los gringos ofertan una recompensa de hasta 5.000 dólares.
Detenidos de la purga chavista
Varios de los detenidos, según la prensa, tienen vínculos con El Aissami, entre ellos el diputado Hugbel Roa, creador del Petro, una criptomoneda estatal respaldada en las vastas reservas de crudo del país y el primer superintendente de la Superintendencia de Criptoactivos de Venezuela (SUNACRIP).
Arrestado el domingo, Roa, quien también se desempeñó como ministro de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, fue uno de los creadores de la criptomoneda que le ha permitido al régimen mover dólares en medio de las sanciones internacionales que le cercaron su acceso al mercado global.
La acusación oficial indica que Roa tenía entre sus “testaferros” al empresario Alejandro Arroyo, “dueño de una mansión en el Country Club (una exclusiva urbanización de Caracas), una inmensa flota de camionetas y equipos de fútbol”, dijo a la AFP una fuente ligada a las investigaciones.
“Y lo grave es que manejaba una red de prostitución al servicio de este grupo donde captaban a jovencitas para que les sirvieran de damas de compañía”, añadió la fuente.
El fiscal Tarek William Saab señaló, por su parte, que desde 2017 el Ministerio Público ha investigado 27 “tramas de corrupción” en PDVSA con un saldo de más de 200 detenidos, entre estos altos gerentes de la industria”.
La versión de la justicia venezolana señala que varias de estas investigaciones apuntan a Rafael Ramírez, uno de los hombres de confianza del fallecido Chávez, acusado de malversar fondos durante su gestión como ministro de Petróleo (2002-2014) y presidente de PDVSA (2004-2014). Ramírez está prófugo en Italia y las autoridades venezolanas han pedido su extradición sin éxito.
El régimen no ha publicado la lista completa de funcionarios detenidos.
¿Revolcón o guiño a EE.UU.?
Maduro, que ya antes ha anunciado cruzadas contra la corrupción, cuestionó que varios de sus excolaboradores, hoy detenidos, llevaban una vida de “nuevos ricos” llena de “extravagancias”. No obstante, él mismo está señalado de vivir en una vida de lujos.
Y es que las investigaciones judiciales apuntan a que Maduro recibiría dólares del narcotráfico del Cartel de los Soles, que envía drogas ilícitas desde Venezuela a Estados Unidos.
La versión de la Policía Nacional contra la Corrupción (PNCC) indica que desde la semana anterior se inició una “investigación profunda” a funcionarios incursos en “corrupción administrativa y malversación de fondos” han sido detenidos altos funcionarios y “testaferros”.
No obstante, la cruzada contra la corrupción sucede en un contexto de reapertura de la política exterior del régimen frente a Occidente. Maduro ha tenido conexiones con la Casa Blanca en miedo de las movidas diplomáticas de Occidente para intentar que las elecciones presidenciales de 2024 sean democráticas. Ese antecedente deja una pregunta: ¿la purga interna del régimen hace parte de su deshielo internacional? .