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Llegada de un presidente conservador calienta la relación entre las dos Coreas

Yook Suk-yeol, el nuevo mandatario del Sur, calificó de “principal enemigo” a Kim Jong-un.

  • El presidente surcoreano Yoon Suk-yeol no lleva la mejor relación con su homólogo norcoreano Kim Jong-un. FOTO Cortesía
    El presidente surcoreano Yoon Suk-yeol no lleva la mejor relación con su homólogo norcoreano Kim Jong-un. FOTO Cortesía
16 de mayo de 2022
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La tensión entre las dos Coreas parece no tener fin. El pasado 9 de marzo, Yoon Suk-yeol se posesionó como el nuevo presidente de la República de Corea, más conocida como Corea del Sur.

El nuevo mandatario conservador no da muestras de tener intención de reanudar conversaciones con Corea del Norte, algo que bajo cuerda le han planteado personas de su país, y extraoficialmente gobiernos como el de Estados Unidos, esto último –según la prensa internacional– fuera de micrófonos y con la salvedad de negarlo si se hace público para no denotar una intervención indebida.

Pero en una de sus primeras declaraciones como mandatario, Yoon Suk-yeol señaló a su vecino del norte como el “principal enemigo” de su país, y prometió adoptar un enfoque de línea dura en sus maniobras militares.

Y Corea del Norte –que esta semana entró en confinamiento total por la pandemia del covid– tampoco parece dispuesta a volver a una mesa de diálogo. ¿La razón? No cesan las pruebas de misiles de mediano y largo alcance.

El explosivo calificativo contra su vecino por parte del presidente surcoreano Yoon Suk-yeol, el de “principal enemigo”, y las constantes maniobras militares de las dos Coreas, cierran las puertas al diálogo entre ambas naciones.

El politólogo con magíster en estudios políticos José Luis Correa Henao planteó que, durante los últimos 60 años, una cercanía afectiva entre las dos Coreas ha sido más un asunto discursivo que una realidad. Y es que ambos países firmaron un armisticio en 1953 para poner fin a los enfrentamientos armados de la guerra de Corea (1950-1953).

Sin embargo, hasta hoy la tensión entre naciones perdura, porque un armisticio es un alto al fuego, no un tratado de paz, por lo tanto ambos países siguen oficialmente en guerra.

Para Correa, la posibilidad de una guerra hoy entre ellos es la misma que ha existido siempre. Pero –según el académico– en este momento no hay elementos concretos que aumenten las tensiones y se genere el estallido de una confrontación.

A excepción de las declaraciones del nuevo mandatario surcoreano y las constantes mostradas de dientes del norcoreano Kim Jong-un.

Mientras que el anterior presidente surcoreano era liberal (Moon Jae-in), el actual es de tendencia conservadora. Bajo esa premisa, Correa considera que el hecho de que en Corea del Sur el gobierno cambie de ideología política, no es el factor que disminuye o aumenta la tensión entre ambos países.

En Corea del Norte pasa lo contrario. Aunque Kim Jong-un ha sido el líder que más beligerante se ha mostrado; su gobierno, además, ha sido en el que las negociaciones ha avanzado más, tanto que ambos países estuvieron a punto de firmar un acuerdo de paz.

Pero las tensiones se mantienen de parte de ambos bandos y no parece haber voluntad de reconciliación. Las dos naciones siguen mostrándose los dientes con maniobras militares y lanzamiento de misiles, pese al ramo de olivo que este viernes lanzó la nación del sur al decirle a la del norte que le podría enviar vacunas anticovid para palear su crisis por la pandemia.

Pero, entonces, ¿por qué no ha estallado un nuevo conflicto entre las coreas?

Falta voluntad política

Javier Sánchez, profesor de Relaciones Internacionales de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia, expresó que “al no haber sido suscrito un acuerdo de paz –solamente un armisticio, que es un cese de hostilidades– técnicamente siguen en guerra”.

Un segundo punto señalado por el profesor Sánchez es que el grado de tensiones no ha sido siempre el mismo.

Han existido ocasiones en las que se calman los vientos de guerra y empiezan procesos de diálogo intercoreano que han logrado que familias divididas por la guerra y separadas territorialmente se reencuentren.

Para Sánchez, el periodo más importante de disminución de tensiones se dio durante el tiempo de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, porque el mandatario decidió reanudar las conversaciones.

Por eso es que este último catedrático explicó que la disminución o el aumento de las tensiones depende de la voluntad política de los gobernantes.

Por ejemplo, Joe Biden –actual líder de la Casa Blanca–, a diferencia de Trump, ha mostrado una postura de confrontación frente a Corea del Norte. Este cambio de voluntad política pasa, también, en el bando surcoreano, porque el nuevo gobierno, al igual que el de Washington, ha mostrado una postura más beligerante.

Todo este panorama muestra que la tensión de ambas coreas no frenará y que, como suele suceder entre países que tienen guerras silenciosas de vieja data, solo falta una excusa –por pequeñas que sea– para levantar un polvorín de confrontaciones. ¿La diplomacia podría ser la vía?.

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