Irak denunció el miércoles una “escalada irresponsable” de las hostilidades después de bombardeos estadounidenses contra grupos armados proiraníes en su territorio, lanzados en respuesta a los recurrentes ataques sufridos por soldados norteamericanos desplegados en ese país.
Los bombardeos apuntaron a las Brigadas de Hezbolá, una facción afiliada al antiguo grupo paramilitar Hashd al Shaabi, en el sector de Jurf al Sakhr, a unos 60 km al sur de Bagdad, indicaron fuentes iraquíes.
También se produjeron bombardeos en la región de Al Qaim, en la frontera con Siria, que dejaron un muerto y varios heridos, según un comunicado de Hashd al Shaabi, cuyos hombres están actualmente integrados en las fuerzas de seguridad iraquíes.
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Previamente, un responsable del Ministerio del Interior iraquí y una fuente del grupo paramilitar Hashd habían comunicado a la AFP un balance de dos muertos y dos heridos.
Los ataques estadounidenses se producen en un contexto regional explosivo tras el inicio de la guerra en la Franja de Gaza entre Israel, aliado de Washington, y el movimiento islamista palestino Hamás, respaldado por Irán, que a su vez patrocina a grupos armados iraquíes.
Al hilo de este panorama, un portavoz militar del primer ministro iraquí Mohamed Shia al Sudani fustigó los bombardeos norteamericanos.
“Este acto inaceptable mina años de cooperación”, y “conduce a una escalada irresponsable, justo cuando la región sufre el riesgo de que se extienda el conflicto”, indicó en un comunicado el general Yehia Rasul, portavoz del primer ministro.
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Previamente, el consejero de seguridad nacional iraquí, Qassem al Aaraji, reclamó a Estados Unidos “presionar para poner fin a la agresión en Gaza en lugar de apuntar y bombardear los locales de una institución nacional iraquí”.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, confirmó en un comunicado que Washington realizó “bombardeos necesarios y proporcionados” contra “tres instalaciones usadas por las Brigadas de Hezbolá”, pero también “otros grupos afiliados a Irán en Irak”.
Estos bombardeos, explicó Lloyd, suponen una “respuesta directa” a una serie de ataques lanzados por “milicias respaldadas por Irán” contra militares estadounidenses y tropas de la coalición internacional antiyihadista desplegada en Irak y Siria.