De la vieja ciudad de Derna, en Libia, ya queda poco o nada. Las aguas color ocre que salieron de las dos presas rotas por el paso del ciclón Daniel se metieron a las calles y arrastraron lo que hallaron a su paso. A la fuerza del agua se sumaron los torrenciales, efecto también de la tormenta, y terminaron de arrastrar avenidas y edificios.
“Arrastraron barrios enteros hacia el mar”, manifestó en una rueda de prensa el portavoz del Ejército Nacional Libio, Ahmed al-Mismari.
En las imágenes difundidas por los habitantes que lograron grabar con sus celulares la tragedia, se ven a los sobrevivientes de Derna sobre los vehículos esquivando a la muerte y evitando ser arrastrados por la corriente; se ven los edificios roídos y semiderrumbados por el ímpetu del agua, y se ven los muertos arrumados en las calles y tapados con mantas para evitar ser presa de las aves carroñeras.
Pero la imagen que más ha llamado la atención dos días después de la mayor inundación que ha padecido Libia, es la del mar devolviendo los cuerpos sin vida que le arrojó la corriente creada por “Daniel”. Como si se tratara de un acto de bondad, la naturaleza les devuelve a los dernís los cadáveres de sus seres queridos para que los lloren y les hagan el duelo que no puede hacerse si se los tragaran las olas.
Bajo este panorama desolador, lo único que reina en Libia es la confusión. Ni los servicios de emergencia ni las entidades de rescate ni el mismo gobierno cuenta con un censo de muertos, lesionados y desaparecidos. Solo hay estimaciones de los estragos.
Usama Ali, el portavoz de los servicios de emergencia del gobierno de Trípoli, aseveró que las inundaciones causaron la muerte a 2.300 personas, dejaron heridas otras 7.000 y hay más de 10.000 desaparecidos. “La situación en Derna es dramática”, agregó.
A las declaraciones de Ali se sumaron las de Tamer Ramadan, de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), quien dijo que por el momento no hay cifras definitivas, y agregó que “las necesidades humanitarias superan con mucho las capacidades de la Media Luna Roja Libia e incluso del gobierno”.
Incomunicados totalmente
Los ríos de lodo y agua tras el paso del ciclón Daniel, parecen no hacerle juego al significado del nombre de Libia: “nacido en un lugar árido, sin lluvia”.
Los 33 millones de litros de agua vertidos por las dos presas sobre las calles de Derna la convirtieron en un lodazal y le tumbó vías y puentes. Además, los servicios de energía son intermitentes y el internet y la telefonía han colapsado, lo que ha generado más caos e incertidumbre en los habitantes de Derna, la ciudad más afectada por el ciclón.
Pero no solo Derna ha padecido los estragos del ciclón; otras localidades como Bengasi, Al Bayda, Al Marj y Soussa han visto las edificaciones y casas sucumbir ante el poder del agua, por lo que el primer ministro, Abdelhamid Dbeibah, dijo en un homenaje a las víctimas que por ahora se necesitan equipos de rescate.
“No necesitamos alimentos ni medicinas sino equipos especializados en rescate y búsqueda. Tenemos un gran número de cadáveres arrastrados al mar por las inundaciones, lo que obstaculiza su recuperación”, dijo Dbeibah.
Para atender la emergencia, el Consejo de Ministros del gobierno reconocido (ver Para Saber Más) anunció que se asignaron recursos por 2.000 millones de dinares (384 millones de euros) para la reconstrucción de Bengasi y Derna, y 500 millones de dinares más (96 millones de euros) para atender a los damnificados, por lo que ordenó al Ministerio de la Gobernación local iniciar el censo en las áreas afectadas por el desastre.
“Es la primera vez que nos vemos expuestos a este tipo de condiciones meteorológicas”, dijo Al-Mismari, y agregó el portavoz militar que miles de personas abandonaron la ciudad “como si hubieran nacido hoy, sin nada”.
A su vez, Richard Norland, embajador de Estados Unidos en Libia, anunció en su cuenta X que la embajada emitió un comunicado en el que advierte de “necesidades humanitarias (que) autorizará la financiación inicial” desde su país para ayudar a mitigar la emergencia enviando colaboraciones a los equipos de rescate.
¿Qué pasó con Daniel?
Sky Alert Storm, un sitio especializado en brindar información “sobre tormentas, ciclones tropicales, tiempo invernal y todo fenómeno meteorológico”, expuso en sus redes sociales porqué el ciclón Daniel afectó tanto a Derna y a otras ciudades de Libia.
Desde Sky Alert señalaron que en las últimas semanas, “una baja presión se formó en el Mediterráneo dejando lluvias extremas en Grecia, Turquía y Bulgaria. En su paso por estos países, causó la muerte de 27 personas y graves inundaciones en Grecia.
Días después, se acercó a las costas de África donde se “alimentó” de aguas más cálidas “adquiriendo características similares a tormenta tropical. Esto generó que en su paso por Libia, el acumulado de lluvias en menos de 24 horas, fuera el equivalente a lo que llueve en todo un año”.
Los expertos señalan que el desastre fue más grande porque había construcciones a bordo de ríos, y además, al ser un terreno árido favoreció las inundaciones al no tener cómo absorber toda el agua lluvia y la derramada de las presas. Y por último, desde Sky Alert enfatizan en que el calentamiento global, directamente relacionado con las emisiones de gases de efecto invernadero, “está jugando un papel fundamental para ver eventos hidrometeorológicos cada vez más extremos y con mayor frecuencia”.