Finlandia y Suecia se han caracterizado, durante muchos años, por su neutralidad en los conflictos bélicos entre las naciones. Sin embargo, la guerra en Ucrania cambió la postura de sus gobiernos al sentirse amenazados por el gobierno ruso. Vladimir Putin, presidente de Rusia, ha reiterado en repetidas ocasiones que actuará militarmente si deciden seguir adelante con el proceso para ingresar a la Alianza del Tratado Norte, OTAN.
Suecia y Finlandia serían candidatos perfectos para entrar al tratado, pues cumplen los dos requisitos que establece la OTAN para aceptar a nuevos miembros: ser un país europeo y alcanzar “ciertos objetivos políticos, económicos y militares para garantizar que se conviertan en contribuyentes a la seguridad de la Alianza y en beneficiarios de la misma”, según señala la organización en su página web.
Pero la llegada de Suecia y Finlandia a la OTAN, donde buscarían refugio ante una arremetida de Rusia, podría verse obstaculizado por la objeción de un solo país pues, según la norma, las 30 naciones miembros deciden por unanimidad si aceptan la entrada de un nuevo integrante y, en este caso, Turquía no está de acuerdo con aceptar la entrada de los dos países al bloque militar.
Las razones las expuso el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan: “Ninguno de los dos países tiene una actitud que sea clara e inconfundible con las organizaciones terroristas”.
Con estas palabras el mandatario hizo referencia a las Fuerzas de Protección Popular, una milicia integrada por los kurdos que habitan el norte de Siria para combatir al Estado Islámico. Turquía considera está organización el brazo armado del Partido de los Trabajadores del Kurdistán.
Ankara (capital de Turquía) y la Unión Europea califican este partido como una amenaza para la seguridad de ambas partes; aunque la Unión Europea, de la que hacen parte Suecia y Finlandia, no asocia a las Fuerzas de Protección Popular con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán. El bloque considera que son grupos diferentes.
Esta diferencia de opiniones es lo que genera que Turquía esté en desacuerdo con la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN. Erdogan argumentó su negativa al acusar de ser miembros de estas organizaciones a los refugiados kurdos que llegan a estos países.
Para el profesor de la Universidad Externado, Rafael Piñeros, que el gobierno turco vea al Partido de los Trabajadores del Kurdistán como una amenaza para el progreso del país, tiene la clara intención de persuadir a Suecia y Finlandia para que cambien su posición sobre estos grupos, “no pretende vetar su ingreso a la OTAN”. Además, considera que no se bloqueará su ingreso porque habrá presión de los demás miembros para que Turquía acepte.
Piñeros indica que este desacuerdo entre las autoridades suecas y finlandesas con las turcas es algo común. Se han dado ocasiones en las que una nación considera a un actor armado como grupo beligerante, pero sin el calificativo de terrorista. Otras si utilizan ambos términos al referirse a un actor armado. En esta ocasión, Helsinki, capital de Finlandia; y Estocolmo, capital de Suecia, ven a Las Fuerzas de Protección Popular como un grupo beligerante, mientras Ankara los considera, además, terroristas.
Salvar la propuesta
Las autoridades de los países del norte de Europa, al escuchar las palabras del mandatario turco, se mostraron dispuestas a enviar una delegación a Ankara para reunirse con Erdogan. Sin embargo, el presidente turco les salió al paso al sentenciar: “Vendrán a Turquía el lunes. Vendrán a persuadirnos, lo siento, pero no deben cansarse”.
Las contundentes declaraciones de Recep Tayyip Erdogan contra los finlandeses y suecos, al acusarlos de apoyar a organizaciones terroristas, podría menguar con la posibilidad de que estos países entren a la alianza atlántica.
En esa vía, la Directora de Maestría en Derecho Económico de la Pontificia Universidad Javeriana, ldikó Szegedy-Maszák, considera que el gobierno turco no vetará el acceso de Finlandia y Suecia, pero si insistirá en negociar con la OTAN la situación de conflicto con los kurdos para que la alianza los apoye en su lucha. Sin embargo, al ser un tema interno, la académica señala que la OTAN no tiene ninguna obligación de intervenir.
La negativa de Turquía sobre la entrada de estos países a la OTAN, según ldikó Szegedy-Maszák PhD, se debe a tres motivos. El primero es que señala a Suecia de darle refugio a 30 kurdos acusados por Ankara de pertenecer a las Fuerzas de Protección Popular; el segundo es que el gobierno turco acusa a la OTAN de apoyar militarmente a los kurdos, mientras que se niega a exportar armas hacia Turquía por violar los derechos humanos.
Un tercer punto señalado por ldikó Szegedy-Maszák, es que al estar buscando la reelección y al ser la cuestión kurda un tema muy importante para la sociedad turca, Erdogan utiliza la entrada de Suecia y Finlandia a la OTAN como herramienta política. La académica plantea que la entrada de ambos países a la OTAN se puede dar con un acuerdo por debajo de la mesa que lo más probable es que nunca salga a la luz.