La relación diplomática entre México y España pasa por un momento tenso que inició hace 5 años Andrés Manuel López Obrador y que al parecer mantendrá su sucesora Claudia Sheinbaum. El trato entre los dos países ha traspasado lo político y ha influido en lo comercial.
Un nuevo episodio se está presentando entre las deterioradas relaciones entre España y México, pues la presidente Claudia Sheinbaum decidió no invitar a su ceremonia de posesión al rey Felipe VI por no responder a una misiva que fue enviada hace más de 5 años por el gobierno de López Obrador.
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Ante este hecho, el presidente español Pedro Sánchez, quien sí fue invitado al evento, dijo que debido al desplante realizado al monarca ibérico, su gobierno no mandará a ningún representante a la posesión de la mandataria electa.
En respuesta a esto, Sheinbaum ha mantenido su tono y ha señalado a la corona española de agraviar al pueblo mexicano. “Cuando se niega la corona española, no solamente al perdón que engrandece a los pueblos (...) y además no hay una respuesta oficial al presidente de la República, pues no es solamente un agravio al presidente, sino al pueblo de México”, declaró en medio del acto de inauguración del Museo Vivo del Muralismo, en Ciudad de México.
Esta situación se remonta al 25 de marzo de 2019, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador reveló que le envió una carta al rey de España y al papa Francisco solicitando que se disculparan por los abusos cometidos por los colonizadores españoles durante el período de la conquista del territorio que actualmente es México.
En ese momento, el Gobierno de España rechazó la petición, sin embargo, desde ambas partes se informó que la relación entre los dos países no estaban en riesgo.
“La llegada, hace 500 años, de los españoles a las actuales tierras mexicanas no puede juzgarse a la luz de consideraciones contemporáneas. Nuestros pueblos hermanos han sabido siempre leer nuestro pasado compartido sin ira y con una perspectiva constructiva, como pueblos libres con una herencia común y una proyección extraordinaria”, expresó en su momento la Cancillería de España.
Durante ese año, exactamente el 20 de junio, el mandatario mexicano acusó a la multinacional española Repsol de lucrarse a costa de licitaciones otorgadas por el Gobierno de México en el año 2003, el cual era presidido por Felipe Calderón.
“Eran como dueños de México”, declaró López Obrador, quien en noviembre de 2019 extendió las acusaciones a la empresa OHL, la cual habría obtenido beneficios en el gobierno de Peña Nieto.
Para el saliente mandatario mexicano, empresas como Repsol negociaban gas desde otros países cuando los contratos con el Estado mexicano ni siquiera estaba firmado. “Repsol estaba comprando el gas en Perú asegurando que ya lo tenía vendido en México”.
Luego de la pandemia, la tensa situación vivió un nuevo episodio el 9 de febrero de 2022, cuando López Obrador decidió hacer una “pausa” en las relaciones con España y sus empresas.
Desde México se matizaron las declaraciones del mandatario afirmando que no se trataba de una “ruptura”, un tono en el coincidió Sánchez desde España.
“La relación entre España y México es una asociación estratégica, que vas más allá de este tipo de palabras puntuales”, expresó en su momento José Manuel Albares, canciller español. Un año después, el país norteamericano aseguró que las relaciones con el país ibérico seguían en pausa.
El último encontronazo entre el presidente de México y Felipe VI se dio el 21 de marzo del 2024, cuando Andrés Manuel López criticó al Rey por recibir y premiar a madres que buscan a desaparecidos en México.
Esta crítica se dio en medio de la entrega del IX Premio de Derechos Humanos Rey de España a María Guadalupe Aguilar, la fundadora del Colectivo de Familiares por Nuestros Desaparecidos de Jalisco, quien afirmó en medios internacionales que el gobierno mexicano “desprecia” a las familias de los desaparecidos.
Por ese hecho, López Obrador aseguró públicamente que “el rey de España recibe a todos los que van a quejarse” y lo criticó por haber hablado también con el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana, Coparmex, asegurando que “es una organización supuestamente de empresarios, pero está vinculada a un partido político”.