En el marco de una estrategia contraofensiva ucraniana, las autoridades de Rusia acusaron a ese país de haber bombardeado con drones un depósito de petróleo en la península de Crimea, una de las principales plantas de combustible de los rusos.
El incendio se produjo específicamente en el depósito ubicado en el puerto de Sebástopol, base de la flota rusa del Mar Negro. El gobernador de esa ciudad, Mijail Razvozhayev, afirmó que “nadie resultó herido” y que el ataque no afectó las reservas de combustible de la península.
Ucrania no reivindicó ninguna operación en Crimea pero sus servicios de inteligencia militar insinuaron que se trataba de un “castigo de Dios, en particular por los civiles asesinados en Uman.
Y es que los ataques vienen de lado y lado. Este viernes, un bombardeo ruso cayó en un edificio ubicado en la ciudad ucraniana de Unam (centro), donde murieron 23 personas, de ellos, cino eran menores de edad entre 18 meses y 16 años.