Los sindicatos de Argentina hicieron este miércoles una primera demostración de fuerza contra el ajuste económico y las reformas que impulsa el gobierno del ultraliberal Javier Milei, con una huelga general y protestas que congregaron a decenas de miles de personas en todo el país.
Sindicatos de aceiteros, periodistas, trabajadores de la cultura, de hospitales, de la ciencia, así como miembros de organizaciones barriales, de derechos humanos y de otros sectores participaron de la manifestación en Buenos Aires portando carteles como “la patria no se vende”, “No al apagón cultural” y “Ciencia o terraplanismo”.
Desde la mañana temprano comenzaron a congregarse manifestantes desde todas las direcciones de la ciudad de Buenos Aires con pancartas con leyendas como “La patria no se vende” para participar en la manifestación principal.
La protesta se llevó a cabo en todo el país para rechazar los cambios por decreto del régimen laboral que impulsa el ultraderechista Milei, que limitan el derecho de huelga y afectan la financiación de los gremios.
La huelga fue convocada por la mayor central sindical de Argentina, la Confederación General del Trabajo (CGT), de orientación peronista, con la adhesión de la Confederación de Trabajadores Argentinos (CTA), segunda en tamaño. El llamado sumó la adhesión de otras centrales sindicales, de organismos de derechos humanos y de organizaciones de trabajadores de todo el mundo que invitaron a movilizarse, con actos de apoyo en Madrid, Londres, Berlín, París e incluso Bogotá.
Durante el acto central de la protesta frente el Congreso nacional, el sindicalista Pablo Moyano lanzó una dura advertencia contra el ministro de Economía, Luis Caputo: “Si sigue con estas medidas, los trabajadores lo van a llevar en andas al ministro, pero para tirarlo al Riachuelo”, el río que marca el límite sur de Buenos Aires.
Moyano hacía así alusión a un comentario de Milei, quien lleva sólo 45 días en el gobierno y había dicho que, si la inflación en enero resultaba menor al 30%, había que “sacar a pasear en andas” a Caputo. Este, de su lado, escribió en la red social X que esperaba que “la justicia tome cartas en el asunto” por el comentario del sindicalista.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, calificó a los organizadores de la protesta de “sindicalistas mafiosos, gerentes de la pobreza”, e incluyó en su ataque contra parte de la oposición a “jueces cómplices y políticos corruptos, todos defendiendo sus privilegios” frente a las reformas que impulsa Milei, en una publicación en la red social X.
El transporte aéreo fue uno de los primeros sectores en resentir su actividad, ya que la estatal Aerolíneas Argentina, la mayor aerolínea del país, canceló todos sus vuelos de la jornada con varias horas de anticipación a la protesta.
Se acabó la luna de miel
Esta fue la primera manifestación de alcance nacional contra el gobierno y sus drásticas medidas de ajuste con las que busca contener una inflación anual de 211%, récord en 30 añosArgentina tiene una sociedad civil muy articulada, muy organizada”, dijo a la AFP Iván Schuliaquer, politólogo de la Universidad Nacional de San Martín. “Y esa capilaridad política que existe en la Argentina es muy fuerte y, de manera muy clara, está en general movilizada contra Milei”.
Si bien los sondeos muestran que tiene entre 47% y 55% de imagen positiva, también indican una caída respecto a los 55,7% votos que obtuvo al ganar. Para Schuliaquer, esto indica que la “luna de miel” empieza a caer, mientras se ve “un fuerte anti-mileísmo ya articulado”.
Servicios esenciales
El mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) de 366 artículos dictado por Milei apenas asumió, introduce varios cambios de fondo en la antigua y consolidada legislación laboral argentina, en particular sobre el ejercicio del derecho a huelga.
Milei exige coberturas mínimas de 75% en servicios esenciales como educación, transporte y alimentación, entre otros, e impulsa despidos con causa a huelguistas. El DNU también regula asambleas laborales, condiciona la recaudación de fondos sindicales y reduce indemnizaciones por despido.
La CGT cuestionó la constitucionalidad del capítulo laboral del megadecreto ante la justicia, que suspendió provisionalmente sus efectos. La decisión fue apelada por el gobierno y el caso ya fue elevado a la Corte Suprema, actualmente en receso.
Para Milei, “esta es la primera vez que (con un DNU) se devuelven libertades a los ciudadanos, que se arma un sistema para que los mercados sean más competitivos y además se eliminan tongos [amaños]. Y ahí tenés por qué están tan enojados”.