Con la decisión de otorgarle el indulto a 30 guerrilleros condenados por rebelión, el presidente Juan Manuel Santos buscaría que las Farc acepten conciliar el cese bilateral del fuego antes del Año Nuevo y cerrar las negociaciones a más tardar el 23 de marzo.
La Casa de Nariño informó que esta medida hace parte de un paquete de cuatro “gestos de construcción de confianza” con su contraparte, y reiteró que en la treintena de insurgentes beneficiados “no hay recluidos por delitos graves”.
Además del indulto, que implica la suspensión de la pena que están pagando, el Gobierno les diseñará un programa especial con apoyo sicosocial, acompañamiento para la estabilización familiar, acceso a la educación y formación laboral.
Aunque ya existen los programas típicos de la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR), este al parecer sería un proyecto piloto, pues se trataría de la primera reinserción colectiva de las Farc desde los tiempos del partido Unión Patriótica (años ochenta), el cual fue golpeado por un exterminio sistemático.
El paquete de medidas incluye también unas brigadas para examinar las condiciones de salud de 106 subversivos recluidos en prisiones y disponer “lo necesario para su adecuada atención”.
Y “preparando las condiciones para el fin del conflicto”, según el comunicado oficial, el Gobierno adecuará unos patios especiales dentro de las cárceles, a los cuales serán conducidos los miembros de las Farc condenados y sindicados, “para facilitar el estudio de su situación jurídica, personal y familiar, como preparación para su futura reintegración a la vida civil”.
Estas últimas dos medidas responden al clamor de los internos “farianos”, quienes en las últimas semanas le habían pedido al Gobierno un gesto de paz con aquellos que se consideran a sí mismos presos políticos y están enfermos (ver la nota inferior).
El reporte de la Casa de Nariño no precisa quiénes serán los 30 favorecidos con el indulto; sin embargo, el anuncio de que reunirá a los demás insurgentes en pabellones exclusivos para preparar su futura reinserción, sugiere que habrá otros reos que más adelante podrían gozar los beneficios de las negociaciones de La Habana.
Jorge Giraldo, miembro de la Comisión del Conflicto que participó en La Habana, estimó que “con esta muestra del Gobierno se gana un poquito de oxígeno en la negociación del tema de justicia, en el que hay un pulso muy duro”.
Agregó que es posible que Santos busque, en contraprestación, “que las Farc acepten un cambio en la metodología de la negociación para firmar el resto de puntos antes del 23 de marzo, una fecha que parece ser muy importante para él”.
El penalista y expersonero de Medellín, Jairo Herrán Vargas, coincide en que “quizá el Gobierno lo que busca es que la guerrilla acceda a cumplir con los plazos que ya se fijaron para cerrar las conversaciones, atendiendo a una solicitud de tratamiento especial a los presos de las Farc, que ellos mismos habían pedido hacía poco”.
Generando confianza
Las medidas para afianzar la credulidad del contrario en la mesa de conversaciones, comenzaron cuando la agrupación ilegal decretó su primer cese unilateral del fuego por un mes, el 19 de noviembre de 2012. Más adelante, las Farc prometieron que dejarían de reclutar menores de edad.
Santos respondió a esos avances con la suspensión de las solicitudes de extradición a los cabecillas y la prohibición de los bombardeos a campamentos de ese grupo.
También ha habido decisiones conjuntas en la misma dirección, como los dos pactos para el desminado humanitario y la búsqueda de desaparecidos por el conflicto.
La notificación del indulto estuvo precedida por una visita de alto nivel a la isla. El viernes pasado, el presidente envió a su hermano Enrique Santos para sostener una reunión con “Timochenko”, el comandante de los alzados en armas. El objetivo era cerrar las brechas de algunas fisuras en la mesa y acelerar el ritmo de las negociaciones, proponiendo una especie de cónclave en el que los delegados no descansen hasta no firmar los puntos restantes de la agenda.
Los nuevos anuncios, sin duda, le dan otra dimensión a ese esfuerzo de alcanzar un cese bilateral del fuego en diciembre.
Rebeldes “perdonados”
Las amnistías y los indultos ya los había concedido el Estado a otros grupos guerrilleros en las décadas del 80 y 90, siendo los más representativos el movimiento M-19 y el Epl.
Otros insurgentes, que no hicieron parte de negociaciones de paz, también han recibido beneficios parecidos.
En el gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010) se creó la figura de los “gestores de paz”, con la cual se otorgaron privilegios jurídicos y facilidades de reinserción a los excabecillas “farianos” Elda Neyis Mosquera (alias “Karina”), Danis Daniel Sierra (“Samir”) y Heli Mejía Mendoza (“Martín Sombra)”. En contraprestación, los tres participan en acercamientos para desmovilizar a otros combatientes.
Wilson Bueno Largo (“Isaza”), recordado por su fuga de un campamento de las Farc con el secuestrado Óscar Tulio Lizcano (2008), no solo recibió favores judiciales y políticos, sino también una recompensa económica y fue acogido por el gobierno de Francia junto a su novia “Marisol”.
Y Rodrigo Granda Escobar, apodado “el Canciller”, capturado en 2004, fue dejado en libertad tres años después, en gracia a una concesión del presidente Uribe a una solicitud de su homólogo francés Nicolás Sarkosy, en el marco de las gestiones binacionales para lograr la liberación de la entonces secuestrada Íngrid Betancourt.
Hoy en día, Granda es uno de los principales negociadores de las Farc en Cuba y el primero en celebrar el anuncio gubernamental en su Twitter: “Indulto es importante gesto de Paz. Despertó gran respaldo. Con voluntad política sí se puede, todos ganamos”.
Agregó un mensaje de felicitación a sus camaradas presos, “los queremos libres aportando a la paz para Colombia”.
Vale la pena recordar que antiguos guerrilleros favorecidos con indultos, lograron ocupar luego posiciones destacadas en las Instituciones políticas, como Gustavo Petro (congresista y alcalde de Bogotá) y Antonio Navarro (alcalde de Pasto, Gobernador de Nariño y congresista).
Opiniones encontradas
El senador Alfredo Rangel, del partido Centro Democrático, opinó que “las Farc no han liberado un solo niño de sus filas, pero Santos no solo no encarcelará terroristas criminales, sino que los indulta y deja libres”.
Y su copartidaria, la senadora Nohora Tovar, concluyó: “mientras el mundo se alinea contra el terrorismo, en Colombia Santos lo excarcela y lo lleva a la política”.
En la orilla contraria, el senador Armando Benedetti, del partido de la U., comentó que la decisión tomada significa que ambas partes están consolidando más confianza y que se avanza en la rápida firma de la paz.
“¡Ojo! El indulto no es para quienes hayan cometido delitos de lesa humanidad. Y que yo sepa, ¡no hay ninguno juzgado por esos delitos!”, aclaró.
El senador del Polo Democrático, Iván Cepeda, celebró lo ocurrido y pronosticó que “este es uno de los muchos pasos que se van a dar en el proceso de construcción de confianza dentro del proceso”.
¿Y los delitos conexos?
Hasta ahora el indulto solo cobija a los condenados por rebelión, pero la medida podría reavivar en la mesa el debate sobre otras conductas en las que las Farc buscan el mismo beneficio: los llamados delitos conexos.
El tema quedó implícito el pasado 23 de septiembre, cuando Santos y “Timochenko” firmaron el acuerdo sobre la jurisdicción especial para la paz. Uno de los puntos publicados dice: “el Estado colombiano otorgará la amnistía más amplia posible por delitos políticos y conexos. Una ley de amnistía precisará el alcance de la conexidad”.
El texto excluye de la amnistía a los delitos de lesa humanidad, el genocidio y los crímenes de guerra, mas nada dice del secuestro y el narcotráfico, dos asuntos que la guerrilla insiste en justificar con su insurrección.
11
presos de las Farc en las cárceles, de una lista de 81, están enfermos de gravedad.
6
semanas faltan para acabar el año y el Gobierno pretende firmar antes el fin del conflicto.
millones deben, por concepto de multas, guerrilleros de las Farc condenados por jueces.
millones aparecen como deuda de Jesús Plutarco Díaz Rubio
millones debe Rodrigo Londoño Echeverry, alias “Timochenko”
millones adeuda Luciano Marín Arango, alias “Iván Márquez”.
millones debía el finado Guillermo L. Sáénz Vargas, alias “Alfonso Cano”
millones debe Jorge Torres Victoria, alias “Pablo Catatumbo”
81
son los reclusos que, según las Farc, se encuentran en delicado estado de salud.
20.799
miembros de Farc se han desmovilizado desde 2002 de forma individual.