Mientras un miembro del grupo de Astronomía de Cali explicaba cómo encontrar a Omega Centauri, Javier Rúa daba su acostumbrada charla de introducción al cielo celestre enseñando del brillo de la luz zodiacal y en una fila todos, policías incluidos, querían observar el cachito de Luna a través de unos binoculares gigantes.
Bajo uno de los cielos nocturnos más impresionantes de Colombia, se cumplió la cuarta versión del Star Party Tatacoa 2011 o Fiesta de Estrellas. Un telón completamente estrellado fue el goce de los cerca de 400 aficionados a la Astronomía y turistas que llegaron al desierto de La Tatacoa para un puente lleno de astros.
Las noches de viernes y sábado, con decenas de meteoritos rasgando la cortina celeste y la nítida visión del espinazo de la noche, esa gran nube blanco-oscura que revela el filo de nuestra galaxia, la Vía Láctea, serán inolvidables para los asistentes.
Eso lo cree César Augusto Giraldo, alcalde de Jericó (Antioquia) quien llegó a disfrutar del programa por segundo año para sacar adelante lo que será el Festival de Estrellas Antioquia 2011 que celebrará Jericó del 26 al 28 de agosto con el apoyo de la parroquia y la Sociedad Antioqueña de Astronomía.
Jorge Iván Zuluaga, doctor en Astrofísica y coordinador del pregrado de Astronomía de la Universidad de Antioquia, se mostró también sorprendido por el cielo tan espectacular. Uno de los proyectos que se adelantan, dijo, es la caracterización de los cielos colombianos, valiéndose de apoyo satelital, para determinar los mejores sitios para la observación.
Fueron 46 alumnos del pregrado los que llegaron a La Tatacoa con sus profesores. Uno de ellos, Pablo Cuartas, tuvo a cargo la primera conferencia del Star Party, sobre las Supertierras; Zuluaga disertó el domingo sobre la Astrofísica del Cielo.
Esta vez, la región que más visitantes tuvo en la fiesta fue Antioquia, entre ellos una nutrida delegación de Marinilla.
En una observación de 75 minutos, desde las 10 de la noche del viernes, se aparecieron cerca de 20 meteoritos, dos de ellos muy brillantes, proviniendo varios de las inmediaciones de Escorpión, y otros de constelaciones más septentrionales.
Era difícil elegir sitio para mirar. Si la Cruz del Sur y Centauro, Lupus y Escorpión, o trepar la vista sobre la esfera celeste para fijarse en Libra y Virgo, o en la gran estrella Arturus, que preside la corbata o El Boyero. A un lado, la gran sartén de la Osa Mayor entregaba lo mejor de su brillo.
El Star Party tuvo este año todo el compromiso del astrónomo aficionado Javier Rúa, un quijote que ha luchado contra toda suerte de molinos de viento para posicionar el Observatorio de La Tatacoa como epicentro astronómico nacional. Y que no contó con el apoyo de la Gobernación y muy poco de la Alcaldía local.
"Los cielos de La Tatacoa son privilegiados por la oscuridad que brinda la lejanía frente a centros urbanos (sólo el resplandor de Neiva se tiene a lo lejos por el sur), el clima seco que permite una atmósfera nítida y estar cerca del ecuador terrestre, que permite observar los dos hemisferios", expone Rúa.
La Fiesta de Estrellas se hace teniendo como base el Observatorio, situado a seis kilómetros de Villavieja. Ahí, en un campo a 100 metros se ubica la zona de camping, adornada con decenas de carpas multicolores habitadas en su mayoría por jóvenes estudiantes de distintas regiones amantes de la Astronomía y los secretos celestes. A un lado, la batería de sanitarios y duchas y en medio del camping, el espacio donde se instalan cerca de 15 telescopios traídos por los grupos de Astronomía, en los que se explican los diversos astros y objetos que serán observados y se permite que todos se acerquen a mirar.
-Ahhhh, una exclamación sostenida se escuchó a las 7:17 de la noche del sábado cuando cruzó la primera estrella fugaz. De todos lados brotaban láseres astronómicos señalando infinidad de cuerpos, como el gran Saturno, que con sus anillos fue una maravilla para niños, señoras y no pocos conocedores del tema.
No todos los visitantes se acomodan en el patio del observatorio. Se desparraman por las posadas campesinas que ofrecen sus habitaciones y espacios para acampar a lo largo del carreteable que cruza el desierto.
La Tatacoa se sobró. El Star Party 2011 será recordado por la generosidad de los cielos que se abrieron de par en par para que cada visitante se asombrara al paso de un asteroide o con el fulgor de las estrellas más lejanas.
El cielo esperará, con seguridad, la cita de 2012. Hasta entonces.
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