Duele la muerte del ídolo del pop. Icono que deja un trono vacío, sin que a la vista se asome un sucesor capaz de igualarlo.
Fue un genio, sin duda. No de otra manera puede entenderse y mirarse en un contexto histórico, hoy obligado por su fallecimiento, su capacidad artística. Arte que supo dejar en las composiciones emotivas como Ben , o frenéticas como Thriller , y sensuales como The way you make me feel . Arte que mostró en escena con sus impresionantes coreografías. Difíciles de igualar.
Pero duelen también los detalles oscuros y nunca aclarados de su vida personal. Las demandas en su contra por supuesto abuso sexual a menores, el mal manejo de sus bienes y la forma de concebir a sus hijos, siempre estarán ahí como una sombra detrás de su historia.
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