A la ofensiva de las autoridades que ya completa 40 días para contrarrestar la violencia en Buenaventura, se sumó la militarización por tiempo indefinido de algunos de los sectores aterrorizados por los homicidios, las extorsiones y las desapariciones forzadas en "casas de pique", donde las bandas descuartizan a sus víctimas.
Más tropas del Ejército y de la Policía llegarán al puerto para sumarse a los 380 policías que hace más de un mes intentan frenar la criminalidad de las bandas "los Urabeños" y "la empresa", enfrentadas a sangre y fuego por el control territorial, las rentas del microtráfico de alucinógenos y las extorsiones.
El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, indicó que "se tomó la decisión de militarizar zonas críticas para asegurar el control del orden público, reforzar los operativos contra estas bandas y la protección de los habitantes".
Esos sectores son los barrios ubicados en las comunas 3, 4, 11 y la 12, algunos de ellos cercanos a las zonas de manglares donde han sido halladas fosas con cadáveres.
A pesar de la captura de unos 90 integrantes de estas bandas durante el último mes y medio de intervención, según informó Pinzón, el hallazgo el pasado viernes de los cadáveres desmembrados de una trabajadora sexual y un mototaxista mantiene atemorizada a la población.
Régimen de terror
Menos de 24 horas después de que el ministro de Defensa ordena la militarización parcial de Buenaventura, un informe de la organización de derechos humanos Human Rights Watch reveló que la situación del puerto es una de las más graves que han documentado en Colombia.
"La situación en Buenaventura es una de las más alarmantes que hemos observado en muchos años de trabajo en Colombia y la región", expresó ayer en Bogotá José Miguel Vivanco, director para las Américas de la ong.
Para enfatizar la intimidación y violencia que sufren los habitantes, además de las prácticas de barbarie como el desmembramiento de personas, Vivanco agregó "tan sólo caminar por una calle equivocada puede provocar que uno sea secuestrado y desmembrado; por ende, no debería sorprendernos que los residentes huyan por miles".
El informe titulado "la crisis en Buenaventura: Desapariciones, desmembramientos y desplazamiento en el principal puerto de Colombia en el Pacífico", alertó por las fronteras invisibles. "Barrios enteros de la ciudad se encuentran bajo el dominio de poderosos grupos sucesores de paramilitares, que restringen la circulación de habitantes, reclutan a sus hijos, extorsionan a comerciantes y participan habitualmente en actos aberrantes de violencia".
Se advierte en el documento basado en entrevistas con pobladores y autoridades locales que la violencia no ha tenido freno en los últimos años y que se evidencia en que entre el 2010 y el 2013 se reportó la desaparición de 150 personas, que se presume fueron asesinadas.
Pero el temor es que sean más los casos por el temor de muchas personas de denuncias las desapariciones.
HRW también pide a las autoridades una intervención no solo militar, sino social y económica para enfrentar la pobreza de gran parte de la población.
Según el Instituto Nacional de Medicina Legal, este año van 148 homicidios.
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