Tras la Supercopa española conquistada por el Real Madrid, los guayos negros recibieron el certificado de defunción. La moda multicolor monopoliza el calzado del futbolista, al cien por cien: los 28 jugadores de Madrid y Barcelona que saltaron al Bernabéu dejaron, sin excepción, una huella multicolor.
¿Dónde quedaron las botas negras como señal de identidad del fútbol? La moda los obligó a estar permanentemente de luto.
Gonzalo Higuaín abrió el marcador en la Supercopa de derechazo, con su bota de color blanco. Lionel Messi acortó la desventaja, con zurdazo de tiro libre que tiznó de naranja el balón.
Botas amarillas (Jordi Alba), moradas (Marcelo), blancas (Pepe), rojas (Casillas), rojiblancas (Modric)...
Paco Gento, el futbolista con más Copas de Europa, aún recuerda cómo el exceso de betún ennegrecía por el reborde sus medias blancas. Desde la grada, ese detalle pasaba inadvertido, aunque de cerca no gustara al goleador.
Entonces y hasta hace muy poco, todas las botas de los futbolistas eran de color negro, por lo cual el desliz del cepillo sobre los rebordes, por corriente, servía solo para distinguir a los buenos utileros de los regulares.
También recuerdan los jugadores de aquella época, y de otras no tan lejanas, la sorpresa visual que supuso ver por primera vez a un futbolista con botas de color blanco, parecidas a las que lució en el Bernabéu el goleador Higuaín.
La novedad del color se hizo notoria en los pies de los futbolistas a mediados de los 90 -hace poco más de 15 años-. Marco Simone (Milán) y después Alfonso Pérez fueron los pioneros en la élite.
El contraste que se produjo fue inevitable. A distancia, la media blanca madridista de Alfonso y su bota albina conformaban un todo, por lo que el efecto inducía a pensar que el jugador corría por el césped con los pies protegidos únicamente por el calcetín.
En la Supercopa de España, conquistada este miércoles en el Bernabéu por el Real Madrid, ninguno de los protagonistas sobre el césped calzó botas con el mismo color negro que tanta gloria dio a mitos como Gento, Di Stefano, Kubala o Cruyff. El negro desapareció del escaparate ¡viva el color!
El color es obvio que nada tuvo que ver en el resultado del Bernabéu, pero refleja un hecho que excede mínimamente al espíritu de equipo: las botas de color se convirtieron en la única prenda que en la actualidad intenta definir la personalidad del futbolista. Lo demás es indumentaria obligada.
La apariencia de correr en zapatillas que como novedad implantaron Simone o Alfonso pronto devino en moda. Y del blanco se pasó rápidamente al uso frecuente de otros colores, cada vez más llamativos por impulso de los creadores, diseñadores y estudiosos de la mercadotecnia de las más importantes marcas de botas de fútbol.
Solo Alex Ferguson, el mánager general del Manchester United, impuso "su" cordura ante este creciente carrusel cromático en el calzado.
El preparador inglés atisbó, más allá de la anécdota o el gusto por los colores, ciertos matices que podrían perturbar la mentalidad de los jóvenes futbolistas del club.
Ferguson obligó a los juveniles del Manchester United, a comienzos de 2010, a calzar solamente botas al estilo tradicional. El negro debía ser el color predominante. "Para las categorías inferiores son una muestra de individualidad y vana ostentación", proclamaba en contra de las botas multicolor.
Se desconoce qué pensaran de ello los ya consagrados jugadores del Barcelona y el Real Madrid, pero estos fueron los colores predominantes que lucieron en sus 28 pares de botas durante la ya histórica noche de la Supercopa en el Bernabéu:
- Rojo: Casillas, Xabi Alonso, Arbeloa, Modric (Real Madrid); Busquets, Pedro, Montoya y Tello (Barcelona).
- Blanco: Sergio Ramos, Pepe, Higuaín, Callejón, Benzema (R. Madrid); Valdés, Piqué, Alexis, Adriano (Barcelona).
- Azul: Di María, Khedira (R.Madrid); Xavi (Barcelona).
- Morado: Marcelo (R.Madrid)
- Amarillo: Mascherano, Iniesta, Jordi Alba, Song (Barcelona).
- Naranja: Messi (Barcelona).
- Gris: Cristiano (Real Madrid), aunque suele utilizar guayos amarillos.