Salsa y goles. Picante y efectividad. Juventud y unos deseos inmensos de ser alguien en el fútbol, más no amparados en los famosos nombres de sus padres.
John Andrés Córdoba Copete y José Adolfo Valencia Arrechea, recién comienzan a construir su futuro como futbolistas. Lo hacen bien y van por buen camino. Sin embargo, llevan a cuestas el sello de ser hijos de jugadores que le han dado lustre al país.
Con las historias de ellos termina la serie que EL COLOMBIANO presentó a sus lectores sobre los Herederos de un fama dorada.
Hijos de estrellas como Carlos Valderrama, Luis Carlos Perea, John Jairo Tréllez, Freddy Eusebio Rincón, René Higuita, Carlos Mario Hoyos, Hernán Bolillo Gómez, Alexis García y Francisco Maturana, entre otros, se abren camino ya sea siguiendo los patrones futbolísticos de sus padres o en otras actividades, por lo general, por no "pelechar" como futbolistas.
Coinciden, quienes juegan fútbol profesional, en que no les gusta que los comparen, porque cada uno busca su propio sello, eso sí, recibiendo las enseñanzas de quienes le dieron gloria al balompié colombiano.
Lo que sí tienen claro los jóvenes es que tienen espejos y herencia ganadora.
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