No es solo encontrar la pared y llevar un aerosol. Lo más importante es el morral porque en este cabe todo lo que no se imagina. Cuando El perro, menos conocido como Daniel Quiceno, lo abre, saca y saca objetos grandes y pequeños y aún más pequeños. Porque un grafiti tiene sus detalles y hasta su pinta (algunos le tienen overol especial).
El perro (@perrograff) empezó hace cinco años. Aprendió con los parceros, de rayar todos los días, de mirar. No tiene que buscar pared. Ya lo ven y le piden que si les pinta el cuarto, la fachada, el carro. Ya no tiene que firmar. Tiene un estilo (otra herramienta).
Emprendemos una serie que viaja por los oficios de ciudad y sus secretos.
1. Gorra y guantes
Protegerse del sol es fundamental y, además, que no interfiera con la visión. Los guantes de látex, para no pintarse las manos.
2. Careta
Muchos no la usan, porque estorba, pero es importante por seguridad y salud. Indispensable en espacios cerrados.
3. Ropa
Ropa pintada. “Uno daña mucha ropa”, dice El Perro, y no hay zapatos que duren. El impermeable también vale a veces.
4. Aerosol
Los industriales se consiguen desde $4.000, los artísticos hasta $16.000. El dibujo señala la cantidad de colores.
5. Válvulas
Regulan el calibre de la salida de la pintura, según se quiera hacer detalles o rellenar. Macho y hembra. Cada una vale $1.000.
6. Rodillo y vinilo
El vinilo se usa para pintar dibujos de gran formato (es más barato) o fondear. El rodillo, para aplicar el vinilo.
7. Cámara
Siempre que se hace un dibujo hay que guardar el registro del trabajo. Para archivo y compartir con los amigos.
8. Marcadores
Todo grafitero los lleva, para “ir poniendo firmas por ahí”. No se usan plantillas, de pronto texturas, pero el trabajo es a mano alzada.
9. Morral
No puede faltar. Ahí es donde se guardan todos los elementos que se tienen que tener a la mano cuando se hace un grafiti.