Los profesores son, en esencia, como unos segundos padres. Ellos educan tanto en valores como en todo el tema académico, pasando mucho tiempo de la vida a nuestro lado.
Es por ello trascendental que la persona que estará en el proceso formativo de los niños en su primer paso educativo, sea un ser humano profesional y con una formación ética y personal muy definida. Un perfil admirable y que más que experiencia tenga amor por los pequeños.
Que los niños estén protegidos y además, aprendan de su gran amigo, el profe.
Formación integral
El licenciado de preescolar o el técnico laboral en atención a la primera infancia, “debe tener una formación muy clara, con habilidades pedagógicas y didácticas, así como con metodologías que lleven al niño a avanzar en su desarrollo”, explicó Ana Cecilia Ossa, directora del Jardín Infantil Sol Naciente.
Ossa agregó que el docente no puede detener su aprendizaje, debe seguir capacitándose en temas como la música y el arte que en el futuro abrirán la mente de los pequeños.
El maestro tiene que ser un profesional con vocación, apasionado por enseñar, con compromiso, y que sepa que en sus manos está el futuro de un país.
“Se requiere amor y valores bien estructurados, pues el docente es un ejemplo a seguir por parte del niño, tanto que ellos juegan en su casa a ser la profe y hablan como ellos, son un modelo como lo son sus papás”, dijo Clara Isabel Montoya, coordinadora de la sección preescolar del Colegio UPB.
Aspectos importantes
Además de tener los pergaminos académicos, como lo es su formación universitaria o su formación técnica, según el caso, la persona encargada de la educación y formación del niño de preescolar debe tener paciencia, creatividad y claro está, ética.
“El docente debe entender cómo es el desarrollo de los niños durante esta etapa, entenderlos desde su desarrollo físico y emocional, y además una persona que estimule el avance de los chicos y enseñe con una intención. Que se pregunte ¿qué va aprender el niño con esto? Un profesor que se replantea su quehacer”, manifestó Montoya.
Es primordial que los maestros de preescolar entiendan que el aprendizaje no se da de la noche a la mañana, que es un proceso, que los niños están descubriendo el mundo y por ello se les debe explicar las cosas, ponerse a su altura.
En fin, el tutor, como se llama en otras instituciones, será quien acompañe el desarrollo y aprendizaje del pequeño. Por ello, su perfil tiene que llevar una formación integral con honestidad y perseverancia. Una formación orientada hacia el futuro de la toda la sociedad.
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