Cuando se planea visitar Brasil, del itinerario del viaje nunca saldrán ciudades como Río de Janeiro, Sao Paulo y lugares como las cataratas de Iguazú.
Incluirlos es lo indicado, pero tal vez a esa lista le falta una ciudad a la que le sobran razones para visitarla.
Ubicada en el sur, Curitiba es llamada la capital ecológica de Brasil y considerada la ciudad con el mejor índice de calidad de vida del país.
No son pocos los lugares para visitar, sin embargo, el propio funcionamiento de la ciudad se transformó en una atracción turística.
Su planificación urbana es reconocida e imitada internacionalmente. Su sistema de transporte público, por ejemplo, sirvió de referencia para el Transmilenio de Bogotá.
La armonía entre medio ambiente y urbanismo se hace visible desde la torre panorámica, uno de sus principales atractivos.
Equivalente a un edificio de 40 pisos, permite una visión de 360 grados, perfecta para apreciar la combinación de naturaleza con ciudad.
Con 32 parques para visitar, en Curitiba son 51 metros cuadrados de área verde por habitante, siendo el Jardín Botánico, el más representativo de la ciudad.
Creado a semejanza de los jardines franceses, cuenta con un área de 278 mil metros cuadrados y numerosas especies botánicas.
En el Palacio de Cristal, un invernadero gigante de hierro y cristal -de dos pisos y al que los visitantes pueden ingresar-, se albergan plantas de la selva Atlántica que durante el invierno necesitan protección especial.
Para llegar hasta el Jardín, de ingreso gratuito para el público, los visitantes pueden utilizar el bus de turismo que durante tres horas recorre 44 kilómetros y 24 puntos turísticos de la ciudad.
Con la tarifa se tiene derecho a cuatro desembarques siendo los dos ya mencionados, los que usted no puede dejar de visitar.
La Ópera de Arame, es otro de los símbolos más emblemáticos de Curitiba, que se gana un lugar en los cuatro puntos que ofrece el paquete turístico de la ciudad.
Semejante a las óperas de París, se hace más especial por su estructura tubular y techo transparente, que permite apreciar su paisaje único mientras se goza de los espectáculos artísticos y culturales que se realizan allí.
Ubicado sobre un lago, rodeado de vegetación y animales el teatro tiene una capacidad para 1.640 personas sentadas y un restaurante para los visitantes.
Y es que la ciudad de Curitiba también tiene espacio para el arte y la buena comida. Además de su oferta de exposiciones, el Museo de Oscar Niemeyer centra su atractivo en su arquitectura, de la que se destaca su auditorio en forma de ojo, asentado sobre una columna de 21 metros de altura.
Y para comer, el barrio Santa Felicidade cuenta con más de 40 opciones de restaurantes, entre ellos Madalosso, un rodizio con capacidad para 5.000 personas.
A Curitiba vale la pena incluirlo en la lista de las ciudades de Suramérica que definitivamente hay que conocer.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
