Haberte encontrado es de lo más bello que me ha pasado en la vida. Cuando te pienso, te encuentro, una química rara sucede en mi cuerpo. Como una energía oculta que me hace cosquillas. Siento como que me invade un hermoso sueño, me electrizo. Cuando me besas, cuando me llamas, cuando me miras, me parece que el universo entero está dentro de nosotros, me olvido de todo y de todos.
Por todo eso, te invito a que pensemos en ese amor que invadió nuestros seres y que así como nos entusiasma y emociona, a veces nos ahoga, nos entristece, nos hace sufrir.
Cuando nos pedimos golpeadito explicaciones por algo que hicimos o no hicimos. Cuando nos preguntemos con duda en la voz con quién andábamos, por qué, dónde. Cuando te reclamo con rabia porque no llamaste. Cuando te pido exclusividad en nuestra relación. Cuando te niego tu derecho a la intimidad, a tus secretos. Cuando cuestiono tus amistades y me parece que me separan de ti o siento que me quitan parte de ti. Cuando no te permito tus minutos de silencio, de mal humor, de aislamiento necesario.
Cuando te reclamo a todas horas y te ahogo con mi envolvimiento. Cuando te digo que no me quieres para obligarte a decirme que me quieres.
Quiero que pensemos que no nos pertenecemos el uno al otro, que cada uno es una persona diferente que merece individualidad y respeto.
Me preocupa si estamos estancados y no nos ayudamos a avanzar, a desarrollarnos en nuestras individualidades, en nuestras personalidades. Pongámosle a nuestro bello amor, metas, propósitos, ideales que nos jalonen y podamos recorrer juntos el camino de la vida. No para que me cargues o te cargue.
Que nuestro amor sea el combustible que nos impulsa, que nos mejora como seres humanos, como inteligencias, como seres espirituales.
Cuando probamos nuestro amor no lo hagamos pensando en el valor del regalo o hasta dónde llegamos en nuestra relación de pareja. Probemos nuestro amor con nuestra capacidad de entrega sin condiciones, sin intereses y egoísmos. Te necesito para que tú seas mi complemento, no mi remplazo. Para que me acompañes cuando río y cuando lloro.
Busquemos alimentar nuestro amor con creatividad, con constancia. Recuerda siempre que el amor no se acaba, se deja acabar.
Te quiero para siempre amor. Deseemos recorrer la vida juntos superando unidos los obstáculos y disfrutando las maravillas que nos van a suceder. Imaginemos un futuro a la medida de nuestro amor.
Dejemos a un lado las bobadas y concentrémonos en lo esencial. No hagamos pucheros con nuestra relación. Sepamos perdonar porque amamos y amar porque perdonamos.
¿Y sabes qué amor? Detrás de todo esto, sin duda hay Alguien, que aunque no lo reconozcamos nos ha permitido conocernos. A Él le debemos lo que hoy compartimos y si lo invitamos a caminar con nosotros, seguro que nuestro amor crecerá y perdurará. El amor tiene sentido si es trascendente, si supera lo material.
Amar es ser poeta sin escribir, aventurero sin barco, quijote sin molino. Amar es la gran aventura de la vida. Amar es vivir, vivir es amar, así es de simple.
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