Un rostro joven se perfila en Venezuela como la principal amenaza para la continuidad del presidente Hugo Chávez en el poder.
Henrique Capriles Radonski, un hombre de 39 años de edad y que representa el cambio de ruta, tomó la delantera en la carrera para ser el único contendor del presidente venezolano en las urnas.
El aspirante nacido en una familia acomodada, pero con arraigo en los sectores populares, desde ya se convirtió en la principal preocupación del chavismo.
La renuncia de Leopoldo López a su candidatura y su adhesión a Capriles, vaticinan que el joven opositor tendría asegurada su victoria en las primarias del próximo 12 de febrero, donde se definirá al candidato único de la oposición.
López se ha convertido en la piedra del zapato de Chávez por varios motivos. El primero, las reuniones que sostuvo con el expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez para intercambiar ideas en el tema de seguridad, lo que generó roncha entre los más radicales chavistas. El segundo, entre otros, es esta alianza, que le brinda a Capriles un empujón inmejorable.
Con López a su lado, el precandidato gana el carisma que algunos sectores le reclamaban, al igual que un escudero con una excelente capacidad de oratoria que atraerá grandes masas.
William Echeverría, expresidente del Colegio Nacional de Periodistas de Venezuela, afirma que Chávez podría estar preocupado por la vitalidad de esta pareja política.
"Mientras los rumores sobre su precario estado de salud crecen, a López y a Capriles en cambio, se les ha visto activos en distintas coyunturas del país", dice Echeverría, antes de agregar que a Capriles se le vio con el "agua hasta la cintura" junto a las víctimas de las inundaciones.
El profesor venezolano Ricardo Sánchez, advierte sobre otra ganancia de la oposición bajo esta alianza: Capriles se declaró admirador de la izquierda moderada de Lula da Silva y usa contra Chávez las mismas armas que usó el mandatario: la justa redistribución de las ganancias petroleras y las alusiones al Libertador Simón Bolívar, mientras que López se define como un centro derechista.
"Son dos posiciones que se encuentran y que podrían beneficiarse de la polarización actual", explica.
Y es que a pesar de su juventud, a Capriles lo respalda una amplia experiencia política: fue electo presidente de la Cámara de Diputados en 1998, para después convertirse en el alcalde del municipio de Baruta, bastión del antichavismo.
En 2002 fue arrestado por saltar la pared de la embajada de Cuba durante el "cortísimo" golpe de Estado del 12 de abril, con el fin de buscar a los funcionarios del gobierno de Hugo Chávez, lo que le costó estar preso durante cuatro meses.
Cuando fue puesto en libertad, se trazó un objetivo: vencer a Chávez en las elecciones del 7 de octubre.
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