Para unos es un mal de la sociedad moderna, para otros un invento de la juventud para salir del paso de sus responsabilidades y hay quienes simplemente lo describen como un asunto pasajero porque "los pelaos de ahora poco saben lo que quieren y solo buscan llamar la atención".
A todos los que piensan así se les avisa que están equivocados. Solo quienes la han padecido o la han vivido con algún familiar cercano, saben lo difícil que es convivir con esta enfermedad.
Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, la depresión es un trastorno mental frecuente y afecta a más de 350 millones de personas en el mundo.
Peor aún, la misma entidad reveló el pasado 14 de mayo en su estudio Health for the world"s adolescents (Salud de los adolescentes en el mundo), que esta es la principal causa de enfermedad y discapacidad entre los adolescentes de ambos sexos de edades comprendidas entre los 10 y los 19 años.
¿Sorprendido? Si esto todavía no lo logra alarmar, aquí un dato adicional: el suicidio ocupa el tercer lugar entre las causas de mortalidad de la población más joven. Y obvio, en muchos casos las ideas suicidas son producto de estados depresivos no diagnosticados o peor, subdiagnosticados.
No es un capricho
Si con lo que revela la OMS sobre esta enfermedad, usted sigue pensando que la depresión es un asunto de la juventud de hoy, mire las causas:
1. COMPOSICIÓN BIOQUÍMICA DEL CEREBRO
La Asociación Americana de Psiquiatría señala que la depresión puede ser producto de una alteración en dos sustancias químicas del cerebro: serotonina y noradrelina. Ellas, según el neurólogo Luis Alfredo Villa, activan o inactivan el cerebro y mantienen siempre un equilibrio dinámico.
"En ese contexto, en la depresión hay inactivación cerebral, ya sea por reducción de producción de activantes o por aumento de los inactivantes. Los primeros son la serotonina, noradrelina y dopamina contenidas en los circuitos cerebrales".
En la depresión ocurre un desbalance en la producción de neurotransmisores cerebrales, lo que causa los síntomas dependiendo del que más esté afectado. Según eso los síntomas variarán. Esa es la razón por la que existen diferentes tipos de depresión, por ejemplo si la noradrenalina es el neurotransmisor más afectado, la depresión se acompañará de mayor ansiedad.
2. INFLUYE LA GENÉTICA familiar
La herencia familiar de depresión y la predisposición genética continúan en la lista de causas de la enfermedad.
Miguel Ángel Sabogal García, presidente de la Asociación Colombiana para la Salud Mental, explica que esta condición hace a los pacientes más sensibles al estrés presentando una tendencia a deprimirse fácilmente ante cualquier evento vital y durante un tiempo más prolongado.
Así las cosas, identificar si en el entorno familiar existen casos de depresión es importante para entender entre tantas, una de las razones por las que un adolescente puede ser susceptible a esta alteración.
3. INCIDENCIA DE FACTORES AMBIENTALES
La exposición continua a la violencia, el abandono, el abuso o la pobreza puede hacer que las personas que ya son susceptibles a la depresión sean aún más vulnerables a la enfermedad.
En otros casos, la depresión puede producirse como reacción a situaciones como muerte de familiares, terminación de una relación, pérdida del año escolar, del semestre o dificultades económicas.
Finalmente, tener otro tipo de enfermedades es una razón adicional por la que puede presentarse la depresión. Por eso, es importante que el paciente sea evaluado por un psiquiatra u otro especialista para descartar causas médicas generales.
"En definitiva, no hay una causa única para la depresión. En ella influyen el entorno, la genética, la salud general, los acontecimientos inesperados en el desarrollo de las actividades cotidianas, alteraciones del ciclo vital, la muerte de un ser querido, la pérdida de estatus, los patrones de pensamiento, las alteraciones hormonales, el estrés", advierte Isabel Cristina Bernal Vélez, coordinadora del área de asistencia del Centro de Familia de la Universidad Pontificia Bolivariana, UPB.
Recorre todo el cuerpo
Además de encender las alarmas sobre los más jóvenes, la depresión afecta todas las edades y tiene su pico de incidencia también en la vejez.
Afecta a ambos géneros, a personas de todos los niveles socioeconómicos y se asocia con otras patologías como diabetes, infarto cerebral y al corazón, cáncer, lupus, entre otras.
Y hay más. La depresión tiene consecuencias en el resto del cuerpo. Entre las que menciona Luis Alfredo Villa están la aceleración de los circuitos de regulación hormonal y la alteración en la actividad del hipotálamo -lo que puede aumentar los factores inflamatorios del cuerpo-. "Una persona depresiva favorece las alteraciones inmunológicas y del sistema nervioso autónomo, generando desde migrañas hasta insomnio, gastritis, colon y vejiga irritables, pérdida de cabello e hipertensión arterial", dice.
Al respecto, Miguel Ángel Sabogal agrega que la depresión se puede acompañar de dolores musculares, aumento de la sudoración, palpitaciones, dolores de cabeza y abdominales repetidos, sin encontrarle una causa médica.
Enfermedad en aumento
Señala la OMS que la carga mundial de depresión y de otros trastornos mentales está en aumento en el mundo.
Tal vez, entre otras razones, se deba a que aún hay falta de recursos y de personal sanitario capacitados, además de la estigmatización de los trastornos mentales y la evaluación clínica inexacta.
A eso se suma que pacientes que no padecen la enfermedad son diagnosticados equivocadamente y tratados con antidepresivos.
Alrededor de estos últimos se han generado muchos comentarios, entre ellos la dependencia y sedación de estos medicamentos. Sin embargo, la Asociación Americana de Psiquiatría indica que los antidepresivos son prescritos para corregir los desbalances en los niveles químicos del cerebro. Estos medicamentos no son sedantes, estimulantes o tranquilizantes. Tampoco generan dependencia. Generalmente no tienen un efecto estimulante sobre los que no están experimentando depresión, señala la Asociación.
Como parte del tratamiento de esta enfermedad, los expertos hablan de la psicoterapia, usada por lo general para la depresión leve. Cuando es de moderada a severa, se utiliza en combinación con medicamentos antidepresivos.
Para Isabel Cristina Bernal Vélez, en este sentido es importante que la familia ofrezca a los jóvenes, en especial, un ambiente de protección que favorezca la salud mental, "esto va relacionado con la buena comunicación, la cercanía emocional, la presencia, el compartir la cotidianidad, el manejo de la afectividad, de los límites y de las normas claras".
Finalmente, cuando ninguna de estas opciones surte efecto es necesario acudir a la terapia electroconvulsiva, usada comúnmente en pacientes con depresión severa o desorden bipolar.
El llamado entonces es a que padres y colegios identifiquen oportunamente los cambios de comportamiento de los adolescentes y les brinden acompañamiento para superar el momento de crisis.
No nos permitamos pues, formar una generación que se embotelle en esta enfermedad
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