Para Joaquín Urrea, 15 pesos fueron suficientes para formar una de las empresas más grandes de ropa interior femenina a la que bautizó Leonisa.
Con solo 12 años y junto con sus cuatro hermanos, decidió alquilar un lugar por cinco pesos en el pueblo natal de sus padres: Guatapé.
Allí los Urrea comenzaron a vender telas, camisas y medias, pero a mediados de los años 50, en tiempos de bonanza cafetera, decidieron trasladarse hasta Armenia para buscar mejores oportunidades. En esa tierra formaron una sociedad con su papá y lograron montar su primera gran tienda a la que llamaron Volga, en la que vendían mercancía fiada de Pereira.
En ese negocio, Joaquín logró identificar que los brasieres de satín que fabricaba Fabritex en Medellín era la prenda más vendida en la tienda, y ahí nació el chispazo.
La familia Urrea se devolvió para Antioquia siguiendo los pasos de Joaquín. Lo primero que hicieron fue publicar un aviso para encontrar una mujer trabajadora que los ayudara a cumplir este sueño.
“Se necesitan obreras con máquina expertas en costuras”, dejó leer el anuncio de la época para el que aplicó Fabiola Valencia, la primera empleada de la empresa, quien logró replicar con exactitud la famosa prenda que los lanzaría al estrellato textilero.
Ese fue el nacimiento oficial de una empresa que esconde un misterio en su nombre. Inicialmente optaron por llamarse “Leona” pero les parecía una palabra agresiva, a eso se le sumaba un problema legal con el Club Leones quien se opuso desde el principio. Entonces decidieron transformar la palabra en “Leonisa”, el único compromiso que tenían como familia era mantener la letra “L” en honor a la abuela Ludovica.
Con nombre, máquinas, trabajadoras, una tienda y capital, el 20 de noviembre de 1956 se estableció por fin una empresa que atendió un mercado desconocido hasta el momento.
“En Colombia, para ese entonces, no existía ninguna empresa dedicada a la producción de ropa interior femenina y los hermanos Urrea -Marco Aurelio, Joaquín Eduardo, Julio Ernesto y Luis- vieron una oportunidad de negocio”, relató el economista Carlos Enrique Ramírez, en su texto “Internacionalización de Leonisa, una empresa colombiana de ropa interior”.
Los diseños hechos a mano dieron paso a la primera prenda más famosa: la referencia 1000 o punta de diamante, un brasier icónico de la actriz Marilyn Monroe que los lanzaría al mercado internacional en 1996. De esta manera, el crecimiento de la empresa familiar fue tan rápido que para el año 2005 ya estaba valorada en 240 millones de dólares.
Y no ha parado de crecer, actualmente Leonisa genera más de 10.000 empleos directos e indirectos garantizando una trayectoria laboral de hasta 14 años en la empresa, conformada mayoritariamente por mujeres cabeza de familia.
Tiene 44 tiendas a nivel nacional y 33 más en 19 países. Su página web tiene presencia en más de 12 países y han asistido campañas importantes contra el cáncer de mama y otras causas sociales.