Minutos después del triunfo de Mariana Pajón, el piloto antioqueño extendió la alegría colombiana al ganar de manera memorable el bronce en Río.
Cuando Carlos Alberto Ramírez cruzó la meta, siguió corriendo pero sin bicicleta.
Raudo se subió a uno de los morros verdes de la pista del Centro Olímpico de BMX y de inmediato pidió una bandera de Colombia para envolverse en ella lleno de felicidad. Sabía lo que había logrado.
Sin embargo, segundos después vino el suspenso, la zozobra se apoderó de millones de colombianos y también del bicicrosista ante la demora de los resultados oficiales de la carrera que había disputado, la mejor de su vida.
Solo cuando uno de los jueces se le acercó y le dio el veredicto, el antioqueño, arrodillado y mientras le caían lágrimas por su mejilla, constató que la remontada que hizo durante la competencia le había dado una recompensa olímpica.
“No soy capaz...
ESTE CONTENIDO ES EXCLUSIVO
PARA SUSCRIPTORES
¿Ya sos un suscriptor? Iniciá sesión
Al realizar el registro de tus datos por medio de estas redes sociales, aceptas los términos y condiciones, el
uso de tu información personal y el uso de tu información por terceros de El Colombiano disponibles en
www.elcolombiano.com y el envío de noticias a tu correo.
¿QUERÉS SER UN SUSCRIPTOR?
TENEMOS PLANES DESDE
$14.900,
Seleccioná el que más te convenga:
Nueve razones para suscribirme a EL COLOMBIANO