Este deporte continúa su masificación. Desde Girardota hasta La Estrella se aprecia su crecimiento en Antioquia. La juventud asume el reto de sacarlo del anonimato. Ya es olímpico.
Por JHEYNER A. DURANGO HURTADO
Juan Felipe Montoya Vallejo repite una y otra vez la rutina. Con el pie izquierdo flexionado, para lograr adherencia y estabilidad, se para en la tabla que mide 83 centímetros de largo y luego, con el derecho, toma carrera y da rienda suelta a la fantasía.
Ver la facilidad con la que domina ese implemento de forma cóncava y supera obstáculos es como imaginarse a Lionel Messi con el balón a la hora de regatear rivales. "Pero no soy tan teso", expresa con modestia, mientras deja salir una sonrisa nerviosa.
Montoya, con gorra plana, camisa larga, pantalones ceñidos al cuerpo y zapatos rotos debido al constante contacto con el pavimento, va de un lado a otro. O mejor dicho, rueda.
Montado en la tabla que, por debajo tiene cuatro ruedas de cerca de 12 centímetros, sube y baja rampas y escaleras, pero también brinca y se desliza por tubos. Si rodar es de por sí un logro, atreverse a hacer un truco es todo un arte.
Se cae, más no pasa nada. Quienes acuden religiosamente al skatepark de la unidad deportiva Atanasio Girardot lo aplauden. Se levanta y la admiración es mayor. Más allá del dolor que pueda sentir por el golpe que acaba de sufrir, continúa su andar, esa es su "pasión", su "locura", que muchas veces se traduce en "masoquismo".Estuvo dos años sin montar. Una caída le rompió un dedo del pie izquierdo y le dejó una contusión en la quinta vértebra lumbar, por lo que debió hacer terapia para recuperar la fuerza en la columna. También ha sufrido heridas en el rostro, fractura de clavícula y esguinces en los tobillos por lado y lado."El skateboarding es perseverancia, un amor verdadero, libertad sobre ruedas, pero con desafíos por superar".
Así expresa Juan Felipe, uno de los cerca de 6.000 practicantes de esta modalidad que hay en Antioquia, según cifras de la Federación Colombiana de Patinaje.Esta especialidad extrema, que llegó al país hace aproximadamente 30 años como expresión de arte, cultura urbana y diversión, ha crecido tanto que, en los Juegos de Tokio-2020 hará parte de su programa, pues el Comité Olímpico tiene como fin rejuvenecer su audiencia y aumentar el espíritu atlético.