El 12 de julio de 1983, en el Palacio de Exposiciones (hoy Plaza Mayor), el entonces presidente Belisario Betancur pronunció un discurso de 15 cuartillas tras recibir el acta de compromiso por el renacimiento de Antioquia. Habían pasado 32 años sin que un antioqueño llegara a la Casa de Nariño (el último había sido Mariano Ospina Pérez, 1946-1950) y el departamento entraba en una violenta turbulencia después de su esplendor industrial de mediados de siglo.
“Un presente dramático y acuciante, pero sobre todo, un futuro listo para entregarse a quienes sepan descifrarlo y conquistarlo”, dijo al comienzo de la intervención. Después apeló a la bravura de los ancestros y a la templanza de las generaciones que afrontaron las anteriores épocas oscuras....
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