Cuando New Stetic nació hace 70 años del ingenio y recursividad de su fundador Francisco Vélez lo hizo atendiendo una necesidad del mercado: los productos para el sector odontológico, en su mayoría, eran importados y con un alto costo.
El negocio lo cubrían las multinacionales. Entonces, con los recursos disponibles en el país, este técnico dental comenzó a fabricar piezas dentales que poco a poco fueron ganando terreno en el mercado local y hacia los años 60 se metió en el vecindario regional, especialmente en Ecuador y Venezuela.
La “fábrica de dientes” como se le llamó por muchos años a esta empresa, localizada primero en Itagüí y luego en Guarne, llegó también al exigente mercado de Estados Unidos, lo que en palabras de su socio y miembro de junta directiva Luis Diego Monsalve, le significó a la compañía elevar el nivel de calidad de sus productos para competir con las grandes multinacionales presentes en el mercado norteamericano.
Esa visión se ha mantenido a lo largo de su historia y es lo que les ha permitido pasar de vender prótesis dentales a convertirse en uno de los jugadores más relevantes de la industria odontológica y médico-quirúrgica, con productos de alto valor que llegan hoy a 65 países y que le representan ventas anuales a la compañía por 45 millones de dólares al año, de las cuales el 70% corresponde a exportaciones, en especial a Estados Unidos y México.
Aunque eran fabricantes excepcionales de piezas dentales, vieron en la producción de un anéstesico odontológico una opción para crecer. “En la industria hay que estar explorando permanente y de pronto uno se choca en el mercado con una necesidad puntual, en este caso de tipo farmacéutico. Y empezamos a investigar, a adecuar la planta para producirlo, y sacamos un producto que vendemos por ahora en países latinoamericanos y asiáticos, pero que ya tenemos como meta en cuatro o cinco años llevarlo al mercado de EE.UU.”, señala Monsalve.
En New Stetic la innovación no para gracias a un equipo altamente especializado, integrado por ingenieros químicos, farmacéuticos, de diseño industrial, mecánicos, que con su talento van enfrentando los exigentes retos de una industria que es compleja en su desarrollo por las exigencias científicas, los estudios de biocompatibilidad, de seguridad farmacéutica y los controles sanitarios.
“Esto es un trabajo de innovación permanente y de modernización de nuestras plantas. Hoy casi toda la compañía trabaja en long tail, además del anestésico odontológico, producimos resinas y los dientes para prótesis, que siguen siendo el 15% de nuestras ventas. En estos productos, nosotros en Latinoamérica, estamos entre los tres jugadores más importantes de la región”, afirma Monsalve.
¿Y cómo llegaron a dar este salto que los tiene como referente en ese mercado y como un ejemplo inspiracional de lo que se denomina Antioquia Emergente?
Monsalve lo resume así: se requiere de una gran determinación y paciencia, “esto no se consigue de la noche a la mañana”; vender al mundo exige unos estándares de calidad que se consiguen investigando, aplicando tecnología y entrenamiento constante, “ahora no hay que viajar, como hacíamos hace 30 años para conocer una industria, todo está al alcance”.
Tener apertura mental para conocer y entender el mercado; contar con un equipo altamente calificado “y aquí a nivel local lo tenemos y cada vez el nivel de formación así lo va requiriendo”; y por último, ser competitivo en precios para conquistar los mercados.
Y como los mercados emergen cuando se chocan con una necesidad, en New Stetic están incursionando con tecnología 3D para fabricar algunos productos y materias primas odontológicas. Pero de forma inesperada, como lo dijo Monsalve, están haciendo un piloto con la industria cosmética.
“Un día nos buscaron de una empresa y nos hicieron ver que la materia prima que usamos en nuestros productos dentales tienen características similares a las resinas que ellos usan para las uñas. Nos pusimos en la tarea de investigar y desarrollar y ya, después de tres años, una resina cosmética que comenzamos a vender en EE. UU. y México.
“Eso fue un buen encuentro con un mercado, un choque inesperado, que no habíamos visto y al que le vemos un gran potencial porque está en uso por todo el mundo”.
Lea también: La economía paisa pasó ‘las verdes y las maduras’ en el 2023, se estancó, pero es la segunda de Colombia
Potencial para crecer como México
Para Luis Diego Monsalve, Antioquia tiene un enorme potencial para desarrollar estos nichos de mercado con productos de alto valor, gracias a que tiene una base industrial histórica.
“Hay capacidades, gente preparada, pero aún tenemos que ir más lejos”, como México que se está especializando en ser una base industrial y compite con China por el mercado de EE.UU. “Antioquia podría ser como el México de México, llevándoles a ellos materias primas y productos”.