Pamela Restrepo estaba en Medellín con su familia, celebrando sus 15 años, cuando recibió la convocatoria para audicionar en la nueva temporada de The Voice en Estados Unidos, uno de los reality show más populares de canto en el mundo y que tiene su versión en más de 50 países.
Adam Levine, Blake Shelton, Kelly Clarkson y Jennifer Hudson son los entrenadores de esta temporada 15 a la que Lela, nombre artístico elegido por la joven de raíces colombianas, llegó cantando Havana de Camila Cabello, en su versión “spanglish”.
Inmediatamente comenzó su parte en español, Clarkson, la ganadora de la temporada pasada y quien tiene una larga historia como participante y triunfadora de un programa de este tipo (American Idol) giró su silla para ver el show de la joven nacida y radicada en Miami pero con toda la tradición colombiana en su entorno.
“Como es un show americano yo preparé canciones en inglés, cuando vieron que yo era latina me pidieron una canción en español y escogí un tema de Selena Quintanilla, mi gran ídolo de toda la vida. Me sabía La flor y les encantó, luego estaba la opción de cantar Havana y como es un tema bilingüe, aproveché y lo interpreté así”.
Lela estudia música, teatro, baile y canto desde muy pequeña gracias a sus padres: Yamile Buriticá y Gustavo “El Misil” Restrepo; ella expatinadora artística y campeona nacional y él, reconocido exfutbolista que hizo parte la Selección Colombia en los 90. Ambos se dieron cuenta de la pasión que despertaba el arte en la niña que alguna vez se sentó en la silla de The Voice soñando con ser elegida para dicha experiencia.
“Aunque nací en Miami me siento muy colombiana. Llevo ese sabor latino y tengo toda la cultura colombiana por mis padres, me encanta la comida, la gente, la alegría que llevamos. Amo los vallenatos, me encanta La Feria de las Flores, el Carnaval de Barranquilla, todos los colores, el arte, es una rumba, a mi me encanta tener eso en mi sangre”, cuenta la adolescente que vio como la silla de Jennifer Hudson también se giró al final de la canción y ahí empezó “la pelea” entre las dos entrenadoras por tenerla en sus equipos.