Un futuro apocalíptico, donde el 97% de la población mundial padece hambruna, escasez de recursos y violencia, mientras que el 3% vive en una isla paradisiaca, entre la abundancia y la aparente felicidad.
Este es el escenario en el que se desarrolla “3%”, la primera serie original que Brasil produce para Netflix, la plataforma de contenidos por internet que llega a 190 países y cerca de 100 millones de espectadores.
En la trama, los pobladores del 97% tienen un chance de ascender y llegar a la élite, para vivir en Maralto, ese paraíso reservado para los más “aptos” de los mortales.
La oportunidad se presenta al cumplir los 20 años de edad. Es cuando son seleccionados para participar en El Proceso, a cargo de Ezequiel, un siniestro personaje que los somete a una serie de pruebas físicas y mentales.
Al final, solo el 3% de los contendores logrará aprobar el desafío, que a otros les costará incluso la vida.
Una de las protagonistas de la historia es la joven actriz brasilera Bianca Comparato, quien interpreta a Michelle, una misteriosa mujer que busca infiltrarse en Maralto.
Bianca considera que lo que esta serie propone, más allá de la ciencia ficción, es una cruda realidad que no está lejos de suceder. EL COLOMBIANO la entrevistó en Miami, Estados Unidos.
Las historias distópicas están tomando fuerza, al parecer porque nos muestran qué podría pasar en el mundo si continúa como va...
“Eso es lo que me sedujo del proyecto. Cuando me enrolé todavía no teníamos listo el guión, así que no fue exactamente por el personaje, sino por el mensaje del show: que el mundo está cada vez más dividido. Esta es una especie de alerta. Hay personas que están luchando por obtener un trabajo y haciendo lo que les toca hacer, en vez de lo que desean. Por eso dije sí, porque esta serie habla de muchas cosas que me interesan”.
¿Pero 3% también es una reflexión sobre la actualidad?
“Sí, es una metáfora que lleva a la audiencia a pensar sobre eso. Por ejemplo, fuimos a grabar a las calles de Sao Paulo y no tuvimos que maquillar los lugares, solo grabamos, hay sitios que parecen de otro mundo (por su desolación). Nuestra primera pregunta fue si esto era relevante para la sociedad ahora, si piensas en el Brexit, en la elección de Donald Trump, en que ya no hay clase media, en que todos luchan por sobrevivir y saber cuál es el secreto del éxito. Y el estilo de El Proceso es ese, Ezequiel (el antagonista de la serie) es un minidios diciéndote si eres bueno o no. Así que está muy relacionado, es una situación muy humana”.
Si pudieras estar a cargo de El Proceso, como el que nos muestra la serie, ¿qué clase de habilidades elegirías para los candidatos?
“Quisiera que los candidatos siguieran su propia voz, porque cada quien puede hacer lo que quiera, solo tienen que creer en sí mismos. Si encuentro un candidato que luche por lo que cree, elegiría a esa persona”.
¿Es verdad que tus ideas sirvieron para la construcción de los capítulos?
“Estuve leyendo mucho sobre el futuro, lo que está pasando en biología, transporte, carros automáticos, el mundo digital, y lo compartí con los escritores para inspirarlos y provocarles preguntas, como eso me las despertó a mí. Si, en la serie, las personas que pasan al 3% no pueden procrear, significa que ese grupo selecto de gente se compone de seres del 97% de la población; esto nos hace pensar por qué tenemos una élite. Es una pregunta importante que me he hecho”.
¿Cómo trabajaste en la construcción de tu personaje?
“Me inspiré en las mujeres fuertes que pelean por lo que creen: hay una feminista en Brasil llamada Francisca, es escritora, luchó por sus derechos en los 70; también hay jóvenes artistas peleando por sus derechos, como Jenifer Lawrence, Emma Watson y otras como Madonna. Y también practiqué el arte marcial del Muay Thai”..
*Por invitación de Netflix