“A consumirme, a incendiarme, a reír sin preocuparme / Hoy vine hasta acá / A tapar mi ingenuidad con un poco más que sal”, así dice el coro de Distintos, la canción que hace 20 años estaba interpretando Callejeros cuando el club República Cromañón comenzó a arder.
Esta tragedia, ocurrida el 30 de diciembre de 2004, es considerada una de las más grandes de la historia reciente de Argentina. En el concierto del que en ese momento era el grupo de rock barrial más importante del país fallecieron 194 personas y más de 1.400 resultaron heridas debido a un incendio provocado por una bengala.
Basada en estos acontecimientos llega la serie Cromañón a Prime Video. Escrita por los periodistas Josefina Licitra y Pablo Plotkin, esta ficción narra lo ocurrido en el concierto, a la vez que cuenta la historia de un grupo de amigos que asistió al show. EL COLOMBIANO conversó con Marialy Rivas y Fabiana Tiscornia, creadoras de la serie, sobre los retos y reflexiones alrededor de esta producción.
¿Cómo fue el proceso de contar una historia que continúa fresca en la memoria de los argentinos?
FT: “Hay algo particular y es que a pesar de que Cromañón es reciente para una generación, hay otras que no saben nada. Por ejemplo, mis sobrinos de 20 años me preguntaban todo el tiempo por esto o algunos de nuestros actores estaban muy pequeños cuando ocurrió. Entonces es algo muy reciente, pero al mismo tiempo muy lejano para los jóvenes. En este mundo donde todo pasa tan rápido, esto es una memoria y un reconectar con algo muy doloroso que sacudió a la sociedad argentina”.
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MR: “Me parece que contar la historia de una manera íntima y personal hace que sea más respetuoso. El dolor y el duelo en la sociedad y en la vida tenemos que poder mirarlo para comprenderlo, no repetirlo y elaborarlo”.
A pesar de que la serie está basada en hechos reales, las historias de los protagonistas son ficción. ¿Qué visión de la juventud de ese momento quisieron proyectar en Cromañón?
MR: “Creo que la intención siempre era contar la historia íntima y ver cómo adolecer a esa edad es común para todos los países y para todas las generaciones. Si bien Fabiana y yo estamos lejos de ser adolescentes, uno cuando lo aborda tiene la memoria emotiva de ese momento. Entonces la verdad de ese paso a la adultez, que en el caso de nuestros personajes pasa de una manera trágica, traumática. Pero el volverse adulto, el dejar completamente la infancia es algo que todos experimentamos, entonces había un foco grande en ese camino”.
FT: “Cuando pensábamos en ese grupo de jóvenes hacíamos mucho hincapié con los chicos sobre ese momento de la vida en el cual los deseos, los sueños, la incertidumbre están muy a tope. Es un estado, la juventud. Una vez leí una frase que decía que todos somos exiliados de la niñez y ahora estoy pensando que todos somos expulsados de la juventud, porque en realidad es un momento donde uno tiene esos abismos internos, pero a su vez esos caminos tan grandes por delante y eso es lo que se daña con Cromañón. Se daña la vida real de personas, pero se daña también un estado de inocencia revuelta con salvajismo en el mejor sentido. Esa energía, esa fuerza que es pura pasión se vuelve algo triste”.
¿Cuál fue el mayor reto a la hora de poner en pantalla todo el dolor que causó esta tragedia?
FT: “Nosotras intentamos trabajar con la verdad de la escena y de lo que sucede humanamente en cada situación y no ser especulativas con respecto a qué debería la escena causar en el otro [...] Es tan difícil hablar del dolor de alguien, como se cuenta es tan íntimo. En eso es importante el trabajo con los actores, todo lo que aportaron a la escena y nosotras tratamos de estar con una cámara sensible a eso, una cámara conectada para que eso que ellos estaban experimentando estuviese también acompañado una serie de decisiones narrativas”.
MR: “En el fondo perseguir la verdad es lo lindo y lo que uno busca cuando está detrás de la cámara. Todo es falso, todo está recreado: no es la época, no son los chicos, pero lo único que se persigue en cualquier obra audiovisual es esa chispa de verdad frente a la cámara. Esa verdad es todas esas cosas que mencionó Fabiana y uno lo siente cuando no está funcionando desde un lugar humano emocional”.
En Argentina los sobrevivientes y los familiares de las víctimas continúan en esa lucha por difundir y preservar la memoria sobre lo ocurrido en Cromañón. ¿Cómo consideran que esta serie puede aportar a este proceso?
FT: “Creo que la serie ayuda a tener memoria activa y vigente. Yo escuché a varios sobrevivientes decir que para ellos era importante que se contará Cromañón. Habrá muchas voces, muchas maneras de contar esta tragedia y bienvenidas sean, porque uno pasando y pasando por un lugar también va entendiendo, aprendiendo, reflexionando. Es un acontecimiento fundacional en una sociedad que suceda una cosa de esta magnitud. Hubo juicio, hubo culpables, pagaron, pero la culpa, el cuestionamiento acerca de cómo llegamos una cosa así, qué tan lejos estamos de que pueda volver a pasar una cosa así, cómo nos estamos cuidando entre nosotros como sociedad, qué cosas priorizamos a la hora de planear cosas... Todo eso me parece que es una pregunta y una alerta que tenemos que mantener siempre como individuos y como sociedad en un mundo que va tan rápido y que tiene prioridades a veces tan a cuidarnos entre nosotros”.