Al Flaco lo conoció a través del bartender del hotel en el que trabaja y en el que el comediante se hospedaba junto a otros seis concursantes del programa Master Chef Celebrity.
Fue el mismo empleado del bar el que le propuso que le diera clases de cocina a Frank, para que su paso por el programa no fuera tan efímero. “Ese día el Flaco me dijo, en charla, que se si lo sacaban en la primera semana me iba a boletear en las redes sociales y yo asumí eso como un reto”, explica el chef Jorge Trillos, que suma 13 años de experiencia y actualmente es el responsable del restaurante italiano del Hotel Hilton Corferias Bogotá.
Reconoce que el mismo comediante tenía tan pocas expectativas que llegó a Bogotá con poca ropa, pensando que pronto lo iban a eliminar.
De Frank Martínez no sabía que era comediante y mucho menos había visto sus rutinas de Stand Up Comedy.
El proceso
Con el visto bueno de sus jefes comenzó las clases, no sin antes ofrecerle la misma posibilidad a los otros concursantes hospedados, pero ninguno aceptó.
Durante 12 domingos seguidos (único día disponible para los dos) se reunieron en el restaurante del hotel, donde tenían permiso para usar los ingredientes que quisieran “hasta carne importada”, relata el cocinero.
Lo paradójico de esas clases es que Frank nunca cocinó, se dedicó a grabar el paso a paso de las preparaciones del chef y a tomar nota. “Es más, al día de hoy no sé a qué saben sus platos, no he probado su sazón, asumo que lo hace bien”.
Ante las dudas sobre si Frank sabía o no cocinar antes de llegar al programa, Trillos señala que no sabía nada, ni técnicas ni bases ni conocía muchos de los ingredientes y utensilios que se usan en la cocina.
Para no enredarlo con medidas y pesos, todo se lo enseñó a base de cucharaditas y manojos.
Lo que practicaron
Recuerda que pese a que practicaron mucho las preparaciones de ajiaco y cremas hasta el momento no las ha necesitado en el programa. En cambio, los raviolis y la esfera de aguacate, que tantos elogios cosechó por parte de los jurados, sí salieron de las enseñanzas que recibió del chef Trillos.
“Se metió en el cuento y eso lo llevó a donde hoy está, estudió mucho y supo aplicar y adaptar lo que tenía a la mano lo aprendido en otras preocupaciones. Por ejemplo, nosotros ensayamos los puré de plátano y él en el programa los convirtió en arepas”.
Sobre los huevos pochados, una de las técnicas más complejas, el chef dice que el popular Flaco aprendió solo, que él mismo se sorprendió cuando lo vio preparándolos en Master Chef.
De profe a amigos
Hoy ambos son grandes amigos, permanecen en contacto. Trillos dice que tienen mucho en común, en especial en el amor que profesan por la familia.
Acerca de las virtudes que Frank Martínez ha desarrollado en la cocina, resalta que tiene sentido común, sabe adaptar las ideas a los ingredientes que tiene, tiene la capacidad de aprender con solo ver y sabe manejar del estrés.
Trillos, como le dice el comediante, ya no solo es un fiel televidente de Master Chef, sino que es un fan más del trabajo en la comedia de Frank, al que le enseñó a cocinar sin cobrarle un peso.
Espera estar presente en las funciones que el Flaco tendrá este mes en Bogotá, para ver en vivo y en directo la rutina del cilantro (se puede ver en Internet) la que más lo hace reír de su alumno en la cocina.
Lo que opina el Flaco
“Me aportó tranquilidad y confianza, tranquilidad porque sentí que en medio del proceso estresante de aprender a cocinar en un reality, el man me hacía ver que yo era capaz y explicaba de una forma que yo le entendía todo.
Es un amigo que me puso Dios en el hotel, un gran papá que me hablaba constantemente de sus hijos mientras cocinábamos. Un motivador, me dijo varias veces cosas que uno necesitar escuchar en momentos de quiebre, pero que nadie se da cuenta, recuerdo que una vez me dijo ‘así usted no gane, me siento muy orgulloso, usted ya ganó, se ganó el cariño de la gente y me gusta más el Frank humano que el Frank chef’. Él me vio estresado, emputado, feliz, carcajeándome, borracho, llorando... mejor dicho, Jorge es mi ex prácticamente.
A mi me gusta llegar a la vida de alguien a dejar una huella, en Trillos quedó un parcero, fueron muchas las veces que hablamos cosas profundas y ahí me di cuenta que yo tenía que estar a la altura para poder conservar un ser humano tan valioso”.