El Sol de México –el cantante Luis Miguel– encandiló en la noche bogotana a los 48 mil asistentes a sus dos conciertos, que se llevaron a cabo el 17 y 18 de febrero en el Coliseo Medplus. Según se ha conocido por las publicaciones en redes sociales y por las reseñas que de los conciertos hicieron los medios de comunicación, el cantante sacó en el escenario lo mejor de su carrera musical, que comenzó en 1982 con el lanzamiento del disco 1+1=2 Enamorados. En ese entonces Luis Miguel tenía once años. El artista, que ahora tiene 53 años, abrió la presentación con ¿Será que no me amas?, una versión que ha hecho en español de uno de los temas más famosos de los Jackson 5, el grupo que hizo mundialmente famoso a Michael Jackson.
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Luego, el cantante interpretó clásicos de su propio repertorio. De esa forma desgranó sobre el escenario las melodías y letras de los temas Suave, Culpable o no, Te necesito y Hasta que me olvides. En este punto el cantante salió por unos minutos de un escenario que quedó a oscuras. Según han dicho quienes asistieron al evento, en el canto de las partes con notas altas de estos temas las dejaba para su público. Se ha dicho que la altura de Bogotá o el ritmo frenético de la gira —hace menos de una semana se presentó en Venezuela y el 21 de febrero lo hará en Ecuador— afectó en parte la potencia de la voz del Sol de México.
El segundo tramo del concierto comenzó con los acordes de Dame. Una vez terminó esta canción, llegó uno de los momentos estelares de la noche: el mexicano interpretó Por debajo de la mesa y No sé tú, canciones compuestas por su compatriota Armando Manzanero y que se han hecho muy celebres en la voz de Luis Miguel. Estos temas inauguraron el tramo bolerístico del concierto. En seguidilla Luis Miguel cantó Como yo te amé , Solamente una vez, Somos novios, Todo y nada y Nosotros. Con estas canciones el mexicano ratificó su fama de ser una de las últimas voces del bolero tradicional latinoamericano.
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Otro de los momentos cumbres del performance del mexicano fue cuando este cantó La Bikina y, a renglón seguido, se metió en los versos de La media vuelta, el himno de José Alfredo Jiménez. El concierto llegó a su fin con Cuando calienta el sol, uno de los temas más fiesteros del repertorio de artista. Según se ha dicho en las redes sociales, El Sol estuvo a la altura de las expectativas de su público: no lo eclipsó ni la altura de Bogotá ni el cansancio de una gira internacional.