En la ceremonia de los Bafta -considerados por muchos los Oscar de Inglaterra-, el actor Michael J. Fox fue el encargado de entregar el premio en la categoría de Mejor Película. El galardón se lo llevó el filme Oppenheimer, dirigido por Christopher Nolan, pero los aplausos se los llevó Fox. Y es que desde hace muchos años el protagonista de la legendaria saga Volver al Futuro es un referente internacional contra la lucha al Parkinson, enfermedad que le fue diagnosticada a mediados de los noventa.
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Fox, que subió al escenario en silla de ruedas, para leer la lista de nominados, se puso de pie, conmovido por las ovaciones de sus colegas. “Hay una razón por la que dicen que las películas son mágicas porque las películas pueden cambiar tu día. Pueden cambiar tu aspecto, a veces pueden cambiar tu vida”, dijo el actor de 63 años.