Fue todo un acontecimiento, una mezcla de asombro y polémica. En junio de 2021, el banco digital Nubank anunció el ingreso de la cantante Anitta como miembro de su junta directiva. La decisión, contó David Vélez, fundador del banco, apuntaba a promover más diversidad en el directorio del mismo, que estaba formado, hasta ese momento, en su mayoría por hombres blancos y extranjeros.
Hacer parte de esta junta directiva es un trabajo que asume con convicción. “Crecí en un barrio de pocos recursos (favela) y entiendo bien las dificultades de los que no tienen mucho dinero. Hoy también conozco la otra cara de esa historia y por eso me encantan los desafíos y ser miembro de una junta directiva pues era algo en lo que nunca había pensado participar”.
Para ella dar y recibir, ser escuchada en un espacio así la entusiasma, con su experiencia en marketing y gestión tiene otras visiones que aportar, pero a su vez aprende, porque dialogar con personas diferentes nutre su pasión emprendedora.
“Cuando elegí mi nombre artístico ya pensaba en hacer una marca fuerte”
A Larissa de Macedo Machado el mundo del entretenimiento la conoce como Anitta. En su casa, en el barrio en el que creció, con sus amigos, es Larissa, la joven que no salía para no gastar de más, que prefería jugar en la favela y estar con su familia, que ahorraba en una alcancía y que joven abrió una cuenta de ahorros sin pensar mucho en invertir, pero sí con la idea de hacer negocios.
Cuando se enfocó en seguir una carrera en la música (2010, con 17 años) quería ser emprendedora. “Al elegir mi nombre artístico (gracias a una serie de televisión brasileña llamada La presencia de Anita) ya pensaba en hacer una marca fuerte”.
Y en menos de 5 años lo logró: su fama en Brasil llegó justo cuando estrenó en 2013 la canción Show das Poderosas y hoy es la figura más destacada entre las mujeres en el pop de Brasil, tiene 58,8 millones de seguidores en Instagram y 15,7 millones de suscriptores en su canal de YouTube, la revista Forbes la nombró como una de las mujeres más poderosas en Brasil y Billboard la ubicó entre los 15 músicos más influyentes del mundo en las redes sociales. “Mi carrera siempre ha sido una convergencia del área artística, los negocios, la imagen, el marketing. Desde muy joven ya pensaba que si llegaba a ser famosa quería que esto ocurriera también en el mundo de los negocios a través de mi gestión”.
“Lo mío era una inversión arriesgada”
Verse como un emprendimiento es para Anitta asumir diferentes y “numerosas responsabilidades” que van más allá de componer, producir, cantar y hacer conciertos. Para ella, un artista emprendedor se involucra con todo, desde sus inversiones, recaudación de fondos y patrocinios, contratos y negociaciones. Ella dirige su empresa, produce su carrera y gestiona su marketing, publicidad e imagen. Es su propia gerente, una que sabe delegar, tiene el control y contrata agencias con los conocimientos necesarios para guiar su negocio y su carrera. No en vano Forbes la elegió entre las mas poderosas porque “superó el estereotipo de bailarina funkeira de la comunidad y se transformó en la empresaria artífice de su propio éxito”
Tan involucrada está Anitta con el tema emprendedor que sabe de las limitantes. Ella las llama las tres grandes barreras para los emprendedores en Brasil y que no distan mucho de lo que puede ocurrir en otros países del continente: la carga fiscal, la falta de estímulo crediticio y la burocracia para las empresas.
Y le ha tocado sortear todo eso, pero además asumir riesgos. “Lo mío era una inversión arriesgada. Muchos proyectos, por ejemplo, no dieron el rendimiento que yo hubiera querido. Ante las limitantes, el emprendedor debe modificar su estrategia e invertir en algo diferente”.