Los dos mejores ciclistas que tiene Ecuador en este momento quieren ir a los Juegos Olímpicos de París. Sin embargo, el país suramericano solo consiguió un cupo. Eso generó un desencuentro entre ambos deportistas, que consideran que han hecho los méritos suficientes para ir a las justas multideportivas más importantes del mundo.
Por un lado está Richard Carapaz, campeón del Giro de Italia de 2019, subcampeón de la Corsa Rosa en 2022, tercero en el Tour de Francia de 2021, segundo en La Vuelta a España 2020 y vigente campeón olímpico.
“La Locomotora de Carchi”, como es apodado el ciclista de 30 años que es el capo del EF Easypost esta temporada y se está preparando para correr el Tour de Francia, ha reclamado en repetidas ocasiones que, por ser el vigente medallista de oro, la Federación Ecuatoriana de Ciclismo debería darle la posibilidad de representar al país en las olimpiadas.
Por el otro está Jonathan Narváez (27 años), corredor del Ineos Grenadiers y vigente campeón nacional de ruta del Ecuador, quien también considera que ha hecho los méritos suficientes para ser el dueño del cupo que tiene el país andino en el ciclismo de París 2024.
Para intentar zanjar la polémica, la Federación Ecuatoriana de Ciclismo intentó mediar. Sin embargo, la “metida de manos” de la máxima autoridad del pedalismo ecuatoriano tuvo un efecto contrario al esperado y agrandó el problema.
El pasado mes de marzo, la Federación Ecuatoriana de Ciclismo sacó un reglamento en el que determinó que el clasificado a los Juegos Olímpicos por el Ecuador sería el ciclista que más puntos haya sumado desde el primero de enero de este año en el ranking de la Unión Ciclista Internacional.
La decisión generó polémica. Carapaz, que terminó segundo en la clasificación general del Tour Colombia 2.1 que se corrió entre el pasado 6 y 11 de febrero en Boyacá, Cundinamarca y Bogotá, señaló que el reglamento beneficia a Narváez, que él entró en desigualdad de condiciones.
Las razones son varias. Por un lado, la federación no informó con tiempo que ese sería el mecanismo y, Carapaz enfocó los esfuerzos de su temporada en prepararse para participar en el Tour de Francia y La Vuelta a España, que son carreras que se realizan en el segundo semestre del año, por lo que durante la primera parte no compitió mucho: no sumó puntos.
Por su parte, Narváez, que tiene un perfil de clasicómano –experto en carreras de un día como la que define al campeón olímpico–, volcó su mayor esfuerzo de la temporada en preparase para el Giro de Italia, que se corre en este momento. Por eso, participó en más carreras, por lo que tiene una ventaja significativa de puntos sumados en el ranking UCI desde enero, lo que le daría el cupo para representar al Ecuador en París.
Jonathan, ganador de la segunda fracción de esta edición de la Corsa Rosa, se había mantenido al margen del tema. Quien sí levantó su voz de protesta desde hace un par de meses fue Carapaz, que no tiene una relación amistosa con la federación desde que finalizaron los Olímpicos de Tokio porque declaró que no había tenido apoyo por parte del ente rector para competir.
“Estoy protestando porque me están un vulnerando un derecho como deportista. Creo que las circunstancias están en mi contra. No tengo nada contra Naváez. Acuso a la Federación porque el reglamento es injusto y no nos da igualdad de condiciones. Se involucra a ciclistas en un pleito que no debería existir. No quiero dejar fuerzas en esto que no va a tener solución. Esperemos a que haya una buena reacción y el que tenga que ir vaya y represente de la mejor manera al país”, dijo recientemente Carapaz en EuroSports.
Al ver que las circunstancias estaban en su contra porque la federación tenía que dar respuesta de cuál sería el ciclista olímpico el próximo domingo 26 de mayo, Richard envió una carta al ministro del Deporte, Andrés Guschmer Tamariz, para que intercediera en la situación.
Lo hizo. De momento se retrasó un poco la decisión final, mientras se estudia el reglamento por parte de la cartera. Ante esto, Jonathan Narváez publicó una carta en la que manifiesta que no estaba de acuerdo con que se tratara de manipular una situación y recalcó que le parecía que el reglamento de la federación estaba bien diseñado.
“Es profundamente lamentable que representar a nuestro país en las Olimpiadas, una ocasión de honor y orgullo, se convierta en fuente de conflicto... Es doloroso observar cómo las controversias oscurecen el deporte que tanto amamos, desviando nuestra atención de lo realmente importante: el rendimiento, la dedicación y el orgullo de representar a nuestra nación”, dice la misiva.
Por ahora la situación no se ha resuelto. A cerca de dos meses de que inicien los Juegos Olímpicos de París, Ecuador, vigente campeón de la prueba, no ha definido quién lo representará en el ciclismo. Lo que sí está claro es que, en los últimos días, ambos ciclistas han mostrado respeto el uno al otro y han manifestado que, cualquiera de los dos que sea elegido, dará lo mejor para quedarse de nuevo con un lugar en el podio. La pelea aún sigue.