Francisco Álvarez se toca la cabeza y su mirada se pierde en el horizonte al recordar lo que horas antes había acabado de desafiar. Con los pies en la tierra, tras bajarse de su motocicleta, muchas veces da a entender que no comprende cómo ha logrado sostenerse en el exigente e infernal Rally Dakar, competencia que se disputa en el desierto de Arabia Saudita y en la cual, a sus 34 años de edad, está realizando hasta ahora una magnífica actuación en su debut.
Desde hace nueve semanas, cuando se enteró de que iba a correr en la carrera más salvaje del deporte a motor, evidenció su alegría al saber que, después de diez años de preparación, entrenamiento y competencias, por fin iba a cumplir uno de sus sueños.
Ahora, con el dorsal 89 en moto, el bogotano, tras diez etapas, está a solo dos de terminar el recorrido y llevarse la medalla que lo reconoce como uno de los valientes que completaron el trayecto, considerado uno de los más difíciles de los últimos años. En este, debido a volcamientos, choques y daños mecánicos, muchos de los referentes del certamen tuvieron que abandonar, entre ellos Ross Branch (Botsuana), quien era uno de los favoritos al título en motos, o el español Carlos Sainz, cuatro veces ganador del Dakar en coches.
Álvarez es el único representante colombiano en competencia, tras el abandono del antioqueño Javier Vélez en la categoría T.3.1 de autos, que corresponde a prototipos ligeros cross-country, quien vivió la otra cara de la moneda.
El carro del antioqueño sufrió la rotura de la manguera que lleva el agua al turbo, lo que provocó que su motor se fundiera. Ante ello, en compañía de su navegante argentino Gastón Matarucco, no lograron seguir acelerando con el objetivo de ganar la medalla que se les entrega a los participantes que terminan la carrera. Sin embargo, continuaron en la división Dakar Experience, la cual permite a los deportistas que abandonen la prueba de manera prematura reanudarla al día siguiente si lo desean, aunque compitiendo en una clasificación paralela que no les da acceso a la general, pero sí les permite adquirir más experiencia.
Álvarez, por su parte, sorprende con su valentía, más allá de las caídas que ha sufrido. El martes, tras finalizar el trayecto de 589 kilómetros de la novena fracción, y con su rostro ennegrecido por el polvo que impactó sobre él, el capitalino, del equipo Joyride Race Service, aseguró a los voceros de la organización que se había sentido bastante bien, pese a los sustos vividos.
“Fue una etapa chévere. Fueron 116 kilómetros de dunas en los que me divertí mucho, pese al par de caídas que tuve, pero no fue nada del otro mundo. Me divertí mucho. Ya falta poco para acabar, entonces tengo que mantenerme siempre a rueda”, agregó Álvarez, quien se montó por primera vez en una moto cuando tenía cuatro años de edad.
Desde ese momento, ese vehículo se convirtió en una de sus mayores pasiones, al igual que el esquí náutico.
En motocross participó en diferentes torneos regionales y nacionales, y como confesó en la página web del Dakar, desde joven siempre adornó las paredes de su habitación con pósters de los héroes de ese rally. Su primer acercamiento a la prueba fue en 2014, tras su participación en el Desafío Inca Dakar Series, con el objetivo de aprender los secretos de la navegación. Luego, al convertirse en campeón latinoamericano de enduro en 2020, decidió enfocarse por completo en el rally raid.
“En 2023, con su gran actuación en el W2RC Sonora Rally de México, obtuvo el ansiado premio Road to Dakar. Convencido de que necesitaba una mayor preparación, ‘Pacho’ declinó su participación en el Dakar 2024”, comentó la organización de la actual prueba, en la que se ubica ahora en el puesto 50, a 20h:43.53 del líder, el australiano Daniel Sanders. “Estuve estudiando el recorrido del Dakar. La carrera tiene su reputación bien ganada por su dificultad extrema. Son etapas muy duras; voy kilómetro a kilómetro, sin presionarme ni preocuparme excesivamente por el resultado. Mi objetivo es, en primer lugar, terminarlo”, dijo Álvarez, quien está cerca de lograrlo.
Le restan los 540 kilómetros de hoy rumbo a Shubaytah y los del viernes, también en esa localidad, donde habrá una distancia de 113 kilómetros.