“Todos los partidos son ahora más difíciles y más imprevisibles para mí de lo que lo eran antes, sobre todo en tierra batida (...) pero las perspectivas son buenas si sigo trabajando de la forma correcta y si mi cuerpo me lo permite”, prosiguió Rafa.
Nadal, lastrado por las lesiones las dos últimas temporadas, regresa a Roma por vez primera desde 2022, un torneo que conquistó en diez ocasiones, un récord, la última en 2021.
Actual 305º del mundo, se enfrentará en su entrada en liza al belga Zizou Bergs, 108º de la clasificación ATP y procedente de las previas.
Después de regresar al circuito en Barcelona el mes pasado, tras un parón obligado de tres meses, Nadal, eliminado en segunda ronda en la ciudad condal y en octavos en el Masters 1000 de Madrid, celebró “encadenar por primera vez desde hace mucho tiempo” un tercer torneo consecutivo.
“Estoy contento del nivel en el que me encuentro ahora, hace un mes era casi imposible para mí poder pensar en jugar en Barcelona, luego en Madrid y estar aquí en Roma”, recordó el rey de la tierra batida, que eludió pronunciarse sobre él después del torneo italiano y especialmente sobre Roland Garros (26 de mayo-9 de junio), aunque insistió, como había hecho en Madrid, en que disputará el Grand Slam parisino solo si se siente “preparado”.