La sombra de Lionel Messi en Estados Unidos no tiene pelo, es musculoso, mide más metro ochenta y combatió en la guerra de Irak. Yassine Cheuko es el hombre a cargo de la seguridad del campeón del mundo. Está detrás del “10” en todo momento. No lo desampara. También es celoso: no permite que ningún fan se atreva, siquiera, a acariciar al astro argentino.
Son ocho los partidos que Leo Messi ha disputado con la camiseta del Inter de Miami. Son ocho los cotejos en los que Cheuko ha estado parado en la línea –casi al lado del técnico Gerardo “El Tata” Maritno– vigilante de que al astro no se le acerque ningún enfermo de la messimanía.
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La primera vez que Cheuko fue visto en acción fue el 25 de julio. Ese día, Messi comandó el ataque y aportó dos goles en la victoria 4-0 de su equipo sobre el Atalanta United.
Corría el minuto 77 y mientras el argentino era sustituido, un aficionado ingresó al gramado para intentar abrazar al ídolo. Cheuko no lo permitió. Se puso en la mitad y escoltó al jugador hasta el camino seguro de los vestuarios.
Es que desde la llegada de Leo, el Inter de Miami ha tenido que reforzar las medidas de seguridad. A veces el equipo hace el calentamiento al interior de los estadios y, casi siempre, el Inter tiene que ingresar a los escenarios deportivos en la buseta del club, recorrido que tradicionalmente se hacía con una caminata grupal.
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Yassine Cheuko es parte de la estrategia. El hombre de origen musulmán fue un combatiente de las fuerzas norteamericanas en los conflictos de Irak y Afganistán. Es profesor y deportista de boxeo y de artes marciales mixtas.
El cargo de Chauko en Europa sería inviable por las prohibiciones que establece la UEFA de la presencia de personal externo al juego dentro de la cancha. En la MLS es posible. El guardaespaldas, cada que el juez dicta el final del compromiso, trota hasta donde esté Leo para acompañarlo a buscar la salida.
Nocauts, inmovilizaciones, llaves maestras, patadas que pueden ir directo a la cara y correr con una llanta de camión atada a su espalda son solo algunas de las habilidades que este jefe de seguridad ha mostrado en sus redes sociales.
En el código de Chauko están prohibidas las caricias. Cada vez que un hincha intenta abrazar al goleador en medio de una foto, el grandulón se acerca, manotea y aparta las manos del que se atreve a invadir el espacio personal del argentino.
Medios norteamericanos aseguran que Cheuko es solo una de las 50 personas que dispuso el Inter de Miami para monitorear la seguridad de Lionel Messi y su familia en su paso por Estados Unidos. Lo cierto es que el luchador parece ser el que tiene la responsabilidad de perseguir al “10” en el terreno de juego: no para evitar su magia, sino para garantizarla.